Pastor guatemalteco perseguido gana prestigioso premio por proteger a su comunidad

Rodrigo Tot, de 60 años, es un granjero evangélico, activista y líder de su comunidad indígena Q’eqchi en Agua Caliente, Guatemala.Goldman, una fundación de San Francisco, que premió a Tot por “luchar de una manera intrépida por liderar a su gente en la defensa de sus tierras ancestrales.”

Tot defendió los derechos de su comunidad a tierras ferfértiles, contra corporaciones mineras hostiles interesadas en las mismas zonas. En 1974, una nueva ley demandó que los nativos pagaran $4,500 para obtener títulos oficiales de propiedad por sus tierras. Un arreglo se llevó adelante donde se dejaba abierta la fecha de cancelación del monto a cambio del título.

En 1988 sin embargo, los archivos de las propiedades y sus dueños desaparecieron. En 2002, hicieron el último pago, pero el gobierno se negó a darles los títulos.

En 2004, el gobierno le otorgó una licencia a una minera en la región que incluía a Agua Caliente. Tot peleó consistentemente contra los intereses mineros, denunciando que la vida y el sustento de la comunidad estaban en riesgo.

“Esto es porqué defendemos la causa, aquí hay muchos recursos naturales,” dijo Tot. “Hay 10 manantiales que abastecen a las comunidades. Estamos preservando la montaña, porque si muere, ya no habrá más agua.” La comunidad Q’eqchi, descendientes de los antiguos Mayas, se dedican a la pesca y al cultivo para sobrevivir.

Tot ha logrado desterrar a la minería indefinidamente en la región: en 2011, una corte constitucional de Guatemala reconoció los derechos de propiedad de los Q’eqchi y ordenó al gobierno expedir los títulos a los nativos de Agua Caliente.

La victoria no ha llegado sin un costo. En 2012, uno de los hijos de Tot fue baleado y asesinado, en lo que Goldman llamó “un homicidio disfrazado de robo”. Otro de sus hijos fue herido de gravedad en el ataque. En el último año, dos ganadores anteriores del premio, latinoamericanos, fueron asesinados.

Tot dijo: “nunca olvidaré la pérdida de mi hijo, pero continuaré luchando.”

Tot contó que está agradecido por el premio. “Pienso que será un estímulo para el trabajo que hacemos,” dijo, llamándolo ‘un reconocimiento por la lucha, porque estamos peleando duro por nuestra tierra y sus recursos naturales.’

El gobierno aún no ha acatado la orden judicial, y la mina continúa funcionando. Tot aún sigue defendiendo a su comunidad y buscando justicia.

Él dijo: “Ya no estamos en los 90s, donde podían hacer desaparecer a una persona y todos guardaban silencio. No en estos tiempos. Cuando hacen desaparecer a un líder, 10 mas se levantan.”