Hoy en día a cierta parte de la sociedad le parece algo “común” que algunas personas opten por “adornar” su cuerpo permanentemente, ya sea con perforaciones o tatuajes.
Entre los textos Bíblicos se encuentra escrito el comportamiento que Dios Padre espera de nosotros, La Escritura contiene grandes enseñanzas, metáforas, lecciones de vida y aunque fue el primer libro escrito en la historia su contenido hace referencia a una infinidad de temas actuales, cómo los que hacen reseña al cuidado de nuestro cuerpo.
Con respecto a “adornar” nuestra piel permanentemente, ciertamente no esta bien visto ante los ojos del Señor.
Levítico 19:28 “No haréis incisiones algunas en vuestra carne, por los muertos, ni grabaréis marca sobre vosotros; Yo soy Dios”.
El Señor les dio este mandato a los israelitas porque no quería que fueran como los pueblos vecinos que se grababan en la piel los nombres o símbolos de sus dioses paganos.
Nuestro Padre nos expresa a través de las Escrituras que modificar el aspecto del órgano más grande de nuestro cuerpo para toda la vida no es un juego, esto puede traer grandes consecuencias, al igual que las perforaciones.
Actualmente este tipo de modificaciones son considerados una “alternativa estética”, muchos los comparan con un accesorio, pero en realidad no es así de simple.
La Palabra de Dios dice que presentemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo, aceptando a Dios, como un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.
Por ello, antes de tomar cualquier decisión sobre nuestra persona es muy importante analizar que es lo que debemos hacer, la mejor herramienta para evitar y saber cómo manejar los problemas es la Palabra de Dios.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
