Redacción, Veracidad News
La conjuntivitis es una inflamación del tejido delgado y transparente que recubre el interior de los párpados y cubre la parte blanca del ojo.
Generalmente es causada por virus, bacterias o una alergia y se puede contraer si la persona que la padece ha estado en contacto con manos o toallas infectadas.
Los síntomas de la enfermedad son enrojecimiento del ojo, lagrimeo, ardor y la sensación de tener un cuerpo extraño dentro del mismo, además de la sensibilidad a la luz. Por otro lado, si la infección es bacteriana el ojo descarga unas mucosas amarillas o verdes.
Se pueden distinguir dos tipos de conjuntivitis:
- Alérgica: es la que surge a causa de una respuesta excesiva a un agente externo. Se puede dar junto a otras enfermedades como la rinitis, dermatitis, asma o la urticaria. Según su frecuencia es estacional (en determinados meses) o perenne (durante todo el año).
- Infecciosa: aparece por un virus o una bacteria.
El médico suele realizar una historia clínica y una exploración ocular en función de los síntomas que estén presentes; las causas que ocasionen la conjuntivitis influirán en su tratamiento.
Para empezar, se deben limpiar los ojos, quitando las secreciones con un paño limpio y agua. También suelen ser útiles las compresas frías y los analgésicos. Para mejorar la conjuntivitis alérgica o vírica, lo más efectivo es el uso de gotas. El tratamiento suele durar una semana: las gotas se administran entre cuatro y seis veces diarias y la pomada o el gel entre dos y tres veces al día.
Generalmente, la conjuntivitis se cura sola, pero es importante tratarla para prevenir contagios y complicaciones.
Así mismo, es recomendable lavarse bien las manos con jabón antiséptico y utilizar toallas de papel. Después de estas sencillas medidas, hay que limpiar suavemente los fluidos que salen de los ojos. Para disminuir la incomodidad que produce el escozor y el picor, es conveniente utilizar compresas de agua tibia o fría. Además de evitar tanto los maquillajes como los lentes de contacto.
