“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. 2 Crónicas 7:14.
Por Nayeli Rojas, Veracidad News
El Señor, es muy claro al decirnos que lo busca de nosotros es que nos
arrepintamos de nuestros pecados y avancemos en su camino; Él, lo único que
quiere es que su pueblo esté en su senda listo para su segunda venida.
Como un Padre que reprende a su hijo cuando hace algo mal, así el Señor nos da
lecciones para que volvamos a sus brazos y dejemos atrás los placeres de la
carne; “Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere”. Proverbios
3:12.
¿Será acaso el COVID-19 un llamado para la humanidad?
“Cosas por las cuales la ira de
Dios viene sobre los hijos de desobediencia”. Colosenses 3:6. Sabemos que
desobedecer siempre traerá consecuencias a corto, mediano o largo plazo; es por
eso por lo que el Señor nos reprende de alguna manera para que nos detengamos
un momento a pensar sobre lo que estamos haciendo con nuestras vidas y retomar
el camino correcto.
El virus, surgido en Wuhan China, no es más que una llamada de atención de
nuestro Padre Celestial para que tomemos un respiro y nos sentemos a
reflexionar y analizar nuestra vida.
Ésta es la única
manera de que nos arrepintamos y volvamos al camino; debido a que esta
“guerra”, representada por el caballo rojo, hace alusión a la sangre derramada
por Cristo, la cual, la humanidad ha pisoteado al invalidar sus mandamientos y
seguir doctrinas de hombres.
“Y salió otro caballo, bermejo; y al
que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se
matasen unos a otros; y se le dio una gran espada”. Apocalipsis 6:4.
Es precisamente en este capítulo de las Escrituras que están descritos los
caballos, conocidos como los cuatro caballos del Apocalipsis, el blanco, el
rojo, el negro y el amarillo; los cuales representan situaciones que han
sucedido o sucederán sobre la humanidad; quienes seguirán corriendo hasta la
segunda venida de nuestro Señor para tomar su lugar como Rey y Sumo Sacerdote.
Se trata de uno de los tres azotes que le dio a escoger al Rey David cuando
hizo el censo, descrito en el Segundo Libro de Samuel, capítulo 24, versículos
del 11 al 21.
“Vino, pues, Gad a David, y se lo
hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu
tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te
persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué
responderé al que me ha enviado. Jehová envió la peste sobre Israel desde la
mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta
Beerseba, setenta mil hombres. 2 Samuel 24:13, 15.
La pandemia, como lo han dado a conocer las autoridades, solo durará un tiempo,
el cual es el que el Señor tiene estipulado y será de suma importancia para
todos aquellos que no estén en sus caminos. De no arrepentirse y continuar
obedeciendo lo que su carne les dice, vendrán más complicaciones como la
escasez, el hambre y la muerte.