¡Cuidado, no te automediques!

Redacción, Veracidad News

La automedicación es la utilización de fármacos por iniciativa propia y sin ninguna intervención por parte del médico, es decir, ni en el diagnóstico de la enfermedad, prescripción o supervisión del tratamiento.

Esta práctica se ha convertido en un hábito común en nuestra sociedad y no está exento de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, problemas gástricos, relajación, tos, alergia, etc.

De acuerdo con datos de una Encuesta Nacional de Salud, la automedicación representa un 15% del consumo de medicamentos del sistema sanitario público. Es importante tener en cuenta que cada persona reacciona de forma distinta ante un mismo fármaco y que además, las características de su enfermedad no son equiparables a las de otro paciente.

Algunas de las consecuencias que puede conllevar esta práctica son las siguientes:

  1. Intoxicación. Puede llevar al empeoramiento del cuadro que se padece, el cual se manifestaría por medio de efectos secundarios como reacciones alérgicas o intoxicaciones.
  2. Dependencia o adicción. Apaciguar dolores por medio de analgésicos hace que recurramos una y otra vez a ellos sin preocuparnos por someternos a análisis clínicos que puedan detectar el problema de fondo.
  3. Mezcla de medicamentos peligrosa. Algunos no pueden combinarse ya que uno anula los efectos del otro o viceversa. Los médicos están al tanto de estas mezclas, por lo que es fundamental realizar una consulta con especialistas.
  4. Tiende a ser un círculo vicioso. Las personas que se auto medican no suelen ser conscientes de los peligros que conlleva esta práctica. Es importante saber que el consumo de fármacos por cuenta propia suele incrementarse a medida que envejecemos.
  5. Resistencia a los antibióticos. Su uso excesivo puede hacer que los microorganismos desarrollen mecanismos de defensa ante estos medicamentos de manera que dejan de ser eficaces.