De acuerdo con Puertas Abiertas, Afganistán ocupa la cuarta posición de los que más persiguen cristianos a nivel mundial. Desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, dicho país es escenario de una terrible guerra, conocido como la tierra de los radiales talibanes y Al Qaeda, añadiendo que todas las manifestaciones religiosas se encuentran prohibidas.
Fue en marzo de 2010 cuando fue derrumbada la última iglesia que permanecía en suelo afgano, sin embargo, a pesar de las prohibiciones y esta situación de persecución la comunidad cristiana persiste en el país.
La conversión del Islam a otra religión es considerada como apostasía y es castigada con la muerte para los hombres y cadena perpetua para las mujeres. El último informe sobre Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos, indica que los hindúes, sikhs, bahais y cristianos juntos representan sólo el 0,3% de la población de 32,6 millones, y cuuriosamentesolo hay un judío en todo el país; su nombre es Zablon Simintov, un hombre de negocios cuya esposa e hija viven en Israel.
Por medio de leyes afganas, quien abandona el islam está en peligro de que su matrimonio sea anulado, sufrir el rechazo de familias y comunidades, la pérdida del empleo, además de ser asesinado por extremistas.
El radicalismo hizo que el año pasado continuarán los asesinatos y decapitaciones de las minorías incluyendo a los musulmanes chiítas que defienden el gobierno. La mayoría de las fuerzas militares internacionales se han retirado de Afganistán, lo que permite a los talibanes volver a dominar el país, asesinando a más de 11 mil civiles murieron el año pasado.
Puertas Abiertas ha estado pidiendo oración por el resto de la comunidad cristiana que aún persiste en el país. “No hay una iglesia visible en Afganistán, todos los creyentes afganos viven su fe en secreto”, dice un reciente informe de la misión.
Explican que la mayoría de los cristianos eran musulmanes, pero se han convertido al cristianismo mientras vivían en el extranjero. Recientemente, tres misioneros cristianos sudafricanos fueron asesinados por radicales dentro de su casa.
