La energía nuclear de Pyongyang se está desarrollando a ritmo vertiginoso

Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte, que aumentaron considerablemente después de los dos lanzamientos del ICBM (Misil Balístico Intercontinental, por sus siglas en inglés) de Corea del Norte el 4 y el 28 de julio, están ahora cerca del punto de ebullición. La sexta prueba nuclear de Corea del Norte, realizada el 3 de septiembre, parece indicar que ha alcanzado una capacidad avanzada para desarrollar armas nucleares. A pesar de las provocaciones de Kim y la preocupación de que la potencia militar de Pyongyang llegue a un punto sin retorno, no se puede predecir con seguridad que el Presidente Trump arriesgará una ofensiva terrestre. Tampoco parece, sin embargo, que la guerra de palabras tenga algún efecto sobre Kim. Trump podría tener que ordenar una operación para destruir los objetivos estratégicos de Corea del Norte desde el aire.

Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, la explosión causó un terremoto a un nivel sísmico de 6,3 en el área de Punggye-ri, sitio de pruebas nucleares de Corea del Norte. Otro terremoto con una magnitud de 4.6 fue detectado en China, aparentemente como resultado de un colapso subterráneo de rocas causado por la prueba. El rango de la detonación de esta última prueba se estima en 100 kilotones o más. Según el servicio de noticias KCNA de Corea del Norte, “La prueba de la bomba de hidrógeno fue un éxito perfecto” y “marcó una ocasión muy importante para alcanzar el objetivo final de completar la fuerza nuclear del estado”.

Eso no era todo. Varias horas antes de la prueba nuclear, la agencia coreana de noticias KCNA anunció que Corea del Norte había logrado desarrollar una bomba termonuclear con “gran poder destructivo” que se puede cargar en un misil balístico intercontinental (ICBM). KCNA dijo que la potencia explosiva de la bomba era ajustable desde decenas a cientos de kilotones, y que puede ser detonada a altas altitudes para un ataque de pulso electromagnético superpoderoso (EMP).

El resultado obtenido en la última prueba fue mucho mayor que el de un ensayo nuclear en la magnitud de Hiroshima y Nagasaki. Por lo tanto, parece que el ensayo se llevó a cabo con un dispositivo de implosión nuclear potenciado con material termonuclear. Según expertos estadounidenses, el proceso de refuerzo permite reducir la cantidad de explosivo químico que envuelve el núcleo de material fisionable en un dispositivo de implosión nuclear. Como es ese explosivo químico lo que comprime el núcleo para crear una reacción en cadena, este proceso permite la miniaturización de un dispositivo nuclear de implosión.

Las tensiones entre Pyongyang y Washington han aumentado considerablemente en los últimos dos meses y ahora están cerca del punto de ebullición. Las pruebas de Pyongyang de los ICBM de Hwasong-14 el 4 y el 28 de julio sorprendieron al mundo. Por iniciativa de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad el 5 de agosto imponer sanciones a Corea del Norte. A partir de ese momento, se ha producido algo parecido a un juego de ping-pong.

Pyongyang rechazó la resolución del Consejo de Seguridad, alegando que era ilegal. El canciller norcoreano, Ri Yong-ho, añadió que el tema de las armas nucleares y los misiles balísticos de Corea del Norte no está sujeto a negociaciones bajo ninguna circunstancia. También señaló que el continente entero de los EEUU está dentro del alcance de los misiles de su país.

Parece que la última gota para Trump fue un artículo publicado el 8 de agosto por The Washington Post afirmando que, de acuerdo con un informe clasificado de inteligencia estadounidense, Corea del Norte ahora tiene la capacidad de desarrollar una bomba nuclear miniaturizada que puede ser instalada en una ojiva de misiles balísticos. Si lo hiciera, Corea del Norte cruzaría el umbral para convertirse en una potencia nuclear.