Generalmente la palabra celos se usa en el sentido de envidia, desear algo que alguien más tiene. Esta clase de celos es un pecado y no es característica de un seguidor de Yahweh contrariamente, muestra que aún estamos siendo controlados por nuestros propios deseos.
1 Corintios 3:3: “Porque todavía sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales, y andáis según lo humano?
La Biblia nos dice que debemos tener la perfecta clase de amor que Dios tiene por nosotros, con Su ejemplo debemos seguir Su camino, sin desear y mucho menos hacer mal a nuestros hermanos.
1 Corintios 13:4: “El amor es sufrido. El amor es benigno: no tiene envidia. El amor no se jacta y no se hinca de orgullo”.
Cuando endurecemos nuestros corazones a la verdad, no podemos volvernos a Yeshúa y permitirle que nos sane. Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo nos controle, Él producirá en nosotros el fruto de nuestra salvación, el cual es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Jacobo 3:14: “Pero si tenéis celos amargos y ambición egoísta en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad”.
El estar celoso indica que no estamos satisfechos con lo nuestro Señor nos ha dado. La Biblia nos dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. A fin de combatir esto, necesitamos hacernos más como Yeshúa y menos como nosotros mismos. Podemos hacer esto, estableciendo una relación personal con Dios. Podemos llegar a conocerlo a través del estudio de la Biblia y la oración.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
