Uno de cada 5 niños en Oaxaca sufre abuso sexual

Antes de cumplir 12 años uno de cada cinco niños o niñas ya experimentó un abuso sexual infantil en la entidad. Familiares, personas cercanas y conocidas son sus principales agresores.

La incidencia la reveló Rosario Sánchez Pacheco, responsable de la Clínica de Atención Psicológica y Terapias Alternativas (CAPTA), donde al mes se conocen al menos tres casos de abuso.

Su directora fundadora, quien junto con la médica Zoila Ríos Coca, desarrollaron hace 20 años el programa de prevención Abuso Sexual Infantil (ASI) No se Vale, externó su repudió por la violación que el pasado lunes vivió Guadalupe, una niña de un año y ocho meses, quien trata de recuperarse en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña de la gravedad de las lesiones.

Este caso, recordó, se asemeja a otro que en fechas anteriores conocieron de una pequeña que a sus seis meses de nacida fue abusada sexualmente.

Además de las lesiones físicas, una agresión de este tipo “afecta el desarrollo psicosocial a futuro”, además de que pidió no satanizar ni juzgar a la madre de Guadalupe por la necesidad dejarla al cuidado de otra persona.

Una niña de esa edad, recordó, es “totalmente dependiente del cuidado de alguien más” y la persona que suele abusar sexualmente “siempre nos va a dar una imagen de ser amable, servicial y buena onda para que confiemos en ella”.

Este tipo de casos por lo regular se conocen de manera inmediata, ya sea “por las lesiones” o porque se descubre en flagrancia, pero no se tienen cifras oficiales.

“Las hemos solicitado a la Fiscalía General de Justicia, pero no nos las han podido proporcionar”, sin embargo saben que el 20 por ciento de menores de 12 años se enfrentan a un delito de este tipo que no afecta exclusivamente a las niñas.

“Se tiene el mito social que es más a las niñas, pero atendemos a la par de ambos, mínimo 3 o hasta cuatro casos al mes”, abundó Sánchez Pacheco.

Si la violencia en general se incrementó, los casos de violencia sexual también, “aunque ahora hay más apertura de hacer la denuncia de un delito que anteriormente se guardaba” y se comete por familiares cercanos, personas conocidas y cuidadoras.

Lamentó que la consternación que este caso pueda ocasionar sea momentáneo y no vaya más allá de cinco minutos: “pensamos que es algo horrible, pero que afortunadamente pasó en la Mixteca y queremos suponer que no nos va a pasar”.

Esa creencia de lejanía impide que familias, escuelas y diferentes sectores de la sociedad tenga mayor información y sensibilidad para prevenir un delito al que está expuesta toda la población infantil.

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