“Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende”. Job 33:14.
Redacción, Veracidad News
Actualmente, es común escuchar a algunos creyentes decir frases como: ¡Dios me habló! O ¡El Señor me lo dijo!; pero, para muchos otros, esto es difícil de creer debido a que ellos no lo han experimentado.
“Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende”. Job 33:14.
Así como nosotros tenemos distintas formas de acercarnos, Él, tiene sus métodos para que lo escuchemos; cuando le hablamos, siempre encuentra la manera de respondernos, aunque ésta no nos guste, ya que a veces cuando le pedimos algo que no está en su voluntad nos dirá que no.
Si un niño quiere tocar una llama brillante y bonita su papá le va a decir que no. Aunque el pequeño no lo entienda, llore y se resienta, la respuesta siempre será negativa, ya que su papá sabe que podría quemarse. Lo mismo sucede con Dios; cuando sabe que algo nos hará daño, simplemente no nos lo concederá, por más que lo deseemos.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2.
Algunas de las formas en las que el Creador nos habla son las siguientes:
- La Biblia. ¿Alguna vez te ha llamado la atención un solo versículo y sientes que es para ti?. Cuando esto ocurre, es porque Dios nos está hablando a través de su palabra. Ésta es la forma más común de comunicarse con nosotros.
- Predicadores o maestros. Parecido a sentir que algún versículo de la Biblia está dedicado a nosotros; escuchar una predica y sentirnos identificados con lo que el pastor está diciendo, es una de las formas que tiene el Señor para decirnos algo. No hay forma de que el predicador sepa exactamente lo que estamos pasando o las palabras correctas que necesita decir ante cualquier situación; Dios si lo sabe. Es por eso que los utiliza para poder hablarnos.
- Por medio de su creación. Desde tiempos bíblicos el Señor ha utilizado la naturaleza para darnos grandes lecciones de vida; usó un arcoíris como señal de su pacto con Noé; “Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra”. Génesis 9:16. También hizo que una higuera se secara; “Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 21:19-22.
- Dios los utiliza para revelarse a Sí mismo. Un ejemplo de ello, son las diez plagas de Egipto, las cuales mostraron a Faraón y a los egipcios que el Señor era verdaderamente Dios y que los ‘dioses de Egipto’ no estaban a la altura de Él. “Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos”. Éxodo 7:11.
- Voz audible. El Señor escoge cuándo, dónde y a quién habla. Entre los discípulos a los que se manifestó con voz audible se encuentran Pablo, a quien habló en el camino de Damasco y a Samuel; “Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye”. 1 Samuel 3:10.
- Sueños y visiones. Desde tiempos bíblicos Dios se ha manifestado a través de los sueños; en las Escrituras se mencionan diferentes ejemplos de esto y también de las visiones, particularmente nocturnas. “Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”. Mateo 2:12. “Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación”. Génesis 46:2-3.