La ciencia avanza a pasos agigantados, pero algunas veces pequeños retazos del pasado se inmiscuyen para demostrar que todavía las manualidades pueden marcar la diferencia.
En el hospital ‘Poole’ de Dorset en el Reino Unido llevan a cabo una llamativa campaña para ayudar a los bebés prematuros que se encuentran en las incubadoras: les ponen al lado un pulpo hecho de croché.
La razón es tierna pero a la vez se apoya en la ciencia. Resulta que los tentáculos de los octópodos tejidos les recuerdan a los bebés el cordón umbilical de su mamá y les ayuda de ese modo a sentirse más tranquilos, seguros y relajados dentro de la incubadora.
La idea se originó en 2013 en Dinamarca con el “The Octo Project “. Allí se comprobó que la iniciativa “promovió una mejor respiración y latidos cardíacos más regulares, así como mayores niveles de oxígeno en la sangre. También encontraron que los bebés acariciando a un pulpo eran menos propensos a intentar sacar sus monitores y tubos”, precisó en un comunicado el nosocomio británico.
Tras el éxito de las primeras pruebas, el hospital ‘Poole’ empezó una campaña de recolección de pulpos de croché para que cada uno de los infantes de la unidad pudiera tener el suyo. Al final se recibieron alrededor de 200.
“Es increíble que algo tan simple pueda consolar a un bebé y ayudarlos a sentirse mejor. Estamos muy agradecidos por todas las donaciones de pulpo de croché y estamos seguros de que las familias que utilizan nuestro servicio también lo estarán”, consignó Daniel Lockyer, enfermero del servicio neonatal.