Borussia Dortmund y Mónaco se verán en la Champions

El Dortmund y el Mónaco, rivales en los cuartos de final de la Champions, se parecen bastante: ambos hacen gala de un futbol ofensivo y vistoso y cuentan con una plantilla plagada de jóvenes jugadores.

También son un caladero habitual en el que “pescan” los grandes equipos del continente. Solo una cosa separa a ambas escuadras, que el martes, en Alemania, se verán las caras: el “muro amarillo” del Dortmund.

Y es que en el célebre fondo sur del Signal Iduna Park cabrían todos los asistentes del estadio del Mónaco, el Luis II. En apoyo popular, los alemanes vencen por goleada a los franceses.

El público no marca goles, “pero cuando lo tienes a tu espalda es una sensación increíble”, explica el portero del Dortmund Roman Weidenfeller, que añade: “Si los tienes en tu contra, te aplastan”.

En ese fondo sur -la tribuna más grande de Europa- los 24 mil 500 hinchas del Dortmund forman una sonora muralla que no deja de moverse todo lo que dura un partido. Al punto que algunos la comparan con el mítico “The Kop” del Liverpool.

En ese “Fondo” ya han tenido lugar varias noches de leyenda, como la remontada “in extremis” en las semifinales de la Liga de Campeones de 2013, cuando el Dortmund, en el último suspiro, se impuso 3-2 al Málaga del chileno Manuel Pellegrini (0-0 en la ida).

La mayor parte de plazas del “Muro” están alquiladas de por vida y se transmiten de generación en generación entre las familias de la cuenca del Ruhr.

Al calor de esa pared amarilla, el Dortmund no ha sido batido en Europa esta temporada; y en Champions no cae desde mayo de 2013.

Es por eso que el pequeño estadio del Mónaco, con capacidad para 16 mil espectadores, palidece en comparación con la cancha alemana.

Algo que no amilana al vicepresidente de la entidad, el ruso Vadim Vasilyev, que recuerda que el Luis II se llenó y empujó a su equipo para darle la vuelta a la eliminatoria frente al Mánchester City en los octavos de final de la Champions.

“El ambiente fue excepcional”, recuerda el mandatario, al tiempo que espera que el campo se “vuelva a llenar para recibir a los alemanes”.