Sin Elliott, Dallas necesitará un comité para manejar el backfield

En el fondo de sus mentes, los Dallas Cowboys tenían que saber lo que les esperaba con Ezekiel Elliott.

Con la resolución de la Corte Federal de Apelaciones, el jueves, de levantar la restricción sobre la suspensión de seis partidos que le había permitido jugar al corredor estelar de los Cowboys, Elliott enfrenta el castigo impuesto por la NFL, en agosto, por violar las políticas de conducta. Y Dallas enfrenta la vida como un equipo con marca menor a .500 que intenta ganar juegos sin su amenaza ofensiva número uno, hasta el 30 de noviembre, fecha en la que se encontrarán con los Washington Redskins.

Reemplazar a Elliott no será fácil.

En la derrota del domingo pasado, ante los Green Bay Packers, dio la impresión de encontrar su paso, con 13 acarreos para 85 yardas en el último cuarto. Tuvo 31 yardas en 16 acarreos en los tres primeros cuartos, pero Elliott –y quizá más importante, los coaches– encontraron un número de carreras que se tradujeron en éxito.

En los primeros cuatro juegos y tres cuartos del quinto partido, el juego terrestre de los Cowboys se estaba estrellando contra una pared. Su deseo era que las defensivas terminarán por desgastarse, pero no sucedió de forma adecuada.

Sin Elliott, los Cowboys se pueden apoyar en Alfred Morris, Rod Smith y Darren McFadden para disminuir una defensiva de la misma manera.

Singularmente, no tienen la combinación de Elliott en velocidad, poder, elusividad y fuerza. Colectivamente, deberían tenerla.

Los Cowboys tendrán que ir de manejar su juego terrestre con un hombre –Elliott tiene 105 de los 115 acarreos de Dallas– a hacerlo con un comité.

Morris tiene ocho acarreos para 87 yardas, pero 70 se dieron en una misma carrera contra Los Angeles Rams. Tiene tres temporadas de mil yardas en sus credenciales, pero éstas fueron de 2012 a 2014 con los Washington Redskins. Desde que firmó con los Cowboys como agente libre el año pasado, ha tenido más de siete acarreos en un juego sólo una vez. No es una gran amenaza en el juego terrestre.

McFadden ha estado inactivo en los primeros cinco juegos, lo que ha sido una sorpresa pues se le preparó en el verano para ser el reemplazo de Elliott si la suspensión tenía efecto de manera inmediata. Hace un año, su actividad se limitó a tres juegos por un codo fracturado, pero en 2015 tuvo cinco juegos de cien yardas y dos juegos con más de 90 yardas. Es el mejor equipado por su experiencia para cumplir con roles variados. Smith es el wild card. Podría ser la mejor opción para tomar el trabajo de tiempo completo, pero tiene sólo cuatro acarreos para 13 yardas en su carrera. Ha atrapado tres pases para 28 yardas. Hace un año, a estas alturas de la temporada, era fullback de los Cowboys.

Smith, quien era compañero de equipo de Elliott en Ohio State, corre con poder, tiene una buena velocidad y puede atrapar el balón de manera efectiva. Pero nunca lo ha hecho antes.

El coordinador ofensivo Scott Linehan tendrá que hacer algo que no había hecho desde que llegó a Dallas en 2014: Combinar distintos corredores a lo largo del juego.

En 2014, DeMarco Murray acarreó 392 veces para liderar la NFL, con 1,845 yardas. Los 51 acarreos del corredor suplente Joseph Randle fueron el siguiente total más alto. En 2015, McFadden terminó en cuarto lugar de la liga, con 1,089 yardas en 239 acarreos. Randle tuvo 76 acarreos, que fue la segunda mayor marca, pero no tuvo un acarreo después del sexto juego. El año pasado, Elliott tuvo 322 acarreos en su ruta a liderar la liga con 1,631 yardas. Los 69 acarreos de Morris fueron la segunda mejor cifra para un corredor.

El juego terrestre los Cowboys no ha lucido de la forma en que se esperaba en la temporada. Elliott tiene 393 yardas en 105 acarreos, buenas para 3.7 yardas por acarreo. Mientras continúan su paso, al parecer, sin Elliott, el juego terrestre todavía no lucirá como se esperaba en la temporada — pero por razones completamente diferentes.