La oración, es la mejor forma que tenemos para comunicarnos con Dios; ésta, está mencionada más de 250 veces en las Escrituras.
Redacción, Veracidad News
La oración, es la mejor forma que tenemos para comunicarnos con Dios; ésta, está mencionada más de 250 veces en las Escrituras.
Al ser un medio para platicar con nuestro Creador, trae muchos beneficios a nuestra vida, entre ellos, podemos mencionar los siguientes:
- Compartir nuestras experiencias. Si bien es cierto, que, Dios todo lo ve, todo lo oye y todo lo sabe; las circunstancias en nuestra vida cambian todos los días e incluso pueden empeorar; por ello, la oración nos permite presentarle nuestras preocupaciones para que Él disponga. “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3.
- Expresar gratitud. No es ningún secreto que debemos dar gracias al Señor por todas las cosas que provee y por todo lo que hace por nosotros. Su bondad y misericordia debe reconocerse todos los días, a tiempo agradecer su fidelidad y su abundante provisión en nuestra vida. “Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna”. 1 Crónicas 16:34.
- Confesar nuestras faltas. Todos en algún momento de nuestra vida hemos pecado; decirle a Dios lo que ya sabe nos sirve para desahogarnos y pedir perdón, ya que sólo Él puede ayudarnos a apartarnos de nuestras faltas. “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah”. Salmos 32:5.
- Adoración y obediencia. La voluntad de Dios es que sus hijos nos regocijemos en Él, que oremos y le demos gracias. Al orar, también le demostramos cuánto lo adoramos. “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:16-18.
- Reconocer quien tiene el control de nuestras vidas. La oración es una forma de reconocer quién tiene realmente el control de nuestras vidas.Dios es soberano y nada sucede sin que Él lo sepa. Todos los días debemos reconocer el lugar que le corresponde en nuestra vida, haciéndolo humildemente y con reverencia. “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”. Isaías 46:9-10.
