La semana pasada el presidente de los Pumas de la UNAM había anunciado que el defensa paraguayo Darío Verón (37 años) ya no seguiría en el club y, en otras palabras, que se retiraría de la práctica del fútbol.
Por ello, siempre en declaraciones de Rodrigo Ares de Parga, la institución le ofrecía quedarse a trabajar en el club y hasta organizarle un partido de despedida, algo que nunca antes habían hecho por otro jugador.
Verón salió al paso de estas afirmaciones, pues la prensa deportiva mexicana ya solo hablaba de su inminente retiro. En comunicado publicado a través de Twitter, el paraguayo dejaba en claro lo siguiente: “Yo soy el único que va a decidir cuando retirarme del fútbol profesional. Por lo pronto no estoy pensando en hacerlo”.
No pasaron cuatro días y el vicepresidente Sergio Egea lo hizo todo más formal y claro que Ares de Parga. En declaraciones a los medios, anunció: “El club Universidad tiene que informar en este momento que, por finalización de ciclo, el jugador Darío Verón y Alejandro Palacios dejan de pertenecer a la institución”.
“No cortamos ninguna carrera, sino que nosotros como club, como proyecto, necesitamos espacios para chicos de cantera mexicanos, que están preparados y que tienen que empezar a participar con el primer equipo”, justificó el vicepresidente.
“Es un momento muy doloroso para nosotros”, reconoció luego, aclarando que Verón y Palacios se van “no por falta de competitividad ni falta de profesionalismo”, ya que “son dos grandes profesionales, dos grandes jugadores, mejores personas, que han dado mucho a este club, muchísimo”.
El vicepresidente reiteró que no les renovarán el contrato porque la directiva felina entiende “que hay ciclos que deben finalizar”. “Entonces, ellos tienen la libertad, y apoyados por el club Pumas, de poder continuar su carrera, si ellos lo deciden, en otras instituciones”, sentenció Egea.
