Redacción, Veracidad News
Los huracanes o también conocidos como ciclones tropicales, son sistemas de baja presión con actividad lluviosa y eléctrica y son considerados los fenómenos meteorológicos más severos.
Sus vientos rotan anti horariamente, es decir, en contra de las manecillas del reloj, en el hemisferio Norte. Aquellos con vientos menores o iguales a 62 km/h son llamados depresiones tropicales. Cuando alcanzan velocidades de 63 a 117 km/h se llaman tormentas tropicales y, al exceder los 118 km/h, se convierten en huracán.
La temporada de huracanes en la cuenca del atlántico (Mar Caribe, el Golfo de México y el Océano Atlántico) comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre.
Produce dos tipos de efectos desde el punto de vista técnico: el directo, en el cual, una región específica es afectada por vientos, lluvia y marejada y el indirecto, que incluye únicamente uno o dos de los efectos anteriores.
Usan el aire cálido y húmedo como combustible, por eso se forman sólo sobre océanos de agua templada, cerca del Ecuador.
Como el aire se mueve hacia arriba y se aleja de la superficie, crea un área de menor presión cerca del océano, misma que es llenada por uno de mayor presión. Luego, este “nuevo” aire se torna cálido y también se eleva.
En la medida en que continúa subiendo, el aire circundante gira para ocupar su lugar. Cuando se eleva y se enfría, el agua que va subiendo en forma de vapor forma nubes. Todo este sistema y aire gira y crece, alimentado por el calor del océano y el agua que se evapora de la superficie.
Depende de dónde se formen estas tormentas, girarán en una dirección u otra: Las que se encuentran al norte del ecuador giran en sentido contrario a las manecillas del reloj; las tormentas al sur, giran en el sentido de las mismas.
