La Tierra podría estabilizarse entre 4 o 5 grados centígrados más caliente con respecto a la era preindustrial.
Redacción, Veracidad News
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el planeta podría caer en un clima incontrolable y de ser así, la temperatura media de la Tierra podría estabilizarse entre 4 o 5 grados centígrados más caliente con respecto a la era preindustrial.
En estas condiciones, no podría albergar a más de mil millones de personas. Hans Joachim, coautor del estudio, señaló que “estos acontecimientos en cascada podrían llevar al sistema Tierra en su conjunto a un nuevo modo de funcionamiento”. Las emisiones de gases de efecto invernadero ya provocaron un alza de 1ºC de la temperatura media de la Tierra, aumentando las probabilidades y la intensidad de canículas, sequías y tormentas.
También se destaca una preocupación porque la Tierra puede acercarse a un umbral que la condenaría a convertirse en un invernadero: para fines de siglo, o incluso antes, los ríos se desbordarían, las tormentas causarían estragos en las comunidades costeras y el deshielo polar llevaría a niveles del mar mucho más altos, inundando las tierras costeras.
Según estudios recientes, los bosques y los océanos absorbieron en las últimas décadas más de la mitad de las emisiones de carbono. Pero los bosques se achican y los océanos dan muestras de saturación de CO2.
Un calentamiento de tres grados centígrados podría condenar a la larga al declive del 40% de las selvas amazónicas. El espejo blanco helado del hielo marino reenvía el 80% de los rayos de sol. Pero con el derretimiento de éste, el océano que lo remplaza absorbe el 80% de las radiaciones, acelerando el calentamiento.
Los científicos concuerdan en que existe una temperatura de equilibrio más allá de la cual los casquetes glaciares que recubren la Antártida y Groenlandia se fundirán. Otra cuestión a saber es el tiempo que le llevará a estos casquetes fundirse, liberando volúmenes enormes de agua dulce en los océanos.
Las consecuencias serían devastadoras: dos tercios de las grandes ciudades están instaladas a menos de 10 metros por encima del nivel del mar, al igual que las planicies agrícolas que las alimentan.
