Moon gana presidencia de Corea del Sur

Un exabogado especializado en los derechos humanos, Moon Jae-in, ganó ampliamente las elecciones presidenciales en Corea del Sur, según un sondeo a pie de urna.

Moon, gran favorito en los sondeos y candidato del Partido Democrático, de centroizquierda, obtuvo 41.4 por ciento de los votos, según una encuesta de tres cadenas de televisión.

El conservador Hong Joon-pyo quedó muy por detrás, con 23.3 por ciento de los votos, seguido del centrista Ahn Cheol-Soo (21.8 por ciento).

El resultado fue “una gran victoria de un gran pueblo” que quiere crear “un país justo (…) donde las normas y el sentido común prevalezcan”, dijo Moon al saludar a sus simpatizantes en la plaza Gwanghwamun de Seúl, donde una multitud de personas se reunió durante meses, a la luz de las velas, para exigir la dimisión de Park.

Tras este escándalo de corrupción, Moon prometió que será “el presidente de todos los surcoreanos”.

En la plaza, una trabajadora independiente, Koh Eun-Byul, de 28 años, dijo a la AFP que se sentía “feliz porque ahora hay esperanza de un cambio significativo”.

Los de los candidatos principales en la contienda concedieron su derrota, allanando el camino para que Moon se declare ganador de la elección.

El conservador Hong Joon-pyo y el centrista Ahn Cheol-soo concedieron después de que sondeos pronosticaran la victoria de Moon.

“Aceptaré humildemente la decisión del pueblo”, dijo Ahn. “No tuve (la capacidad) de satisfacer el ardiente deseo que tiene el pueblo por un cambio”.

Las elecciones se llevaron a cabo en un clima político marcado por el escándalo de corrupción que terminó con la destitución de la presidenta Park Geun-Hye y por las tensiones con Pyongyang.

En el epicentro de la crisis está la relación de la destituida presidenta con Choi Soon-sil, una confidente que se hizo conocida como “Rasputina” por las acusaciones de haberse aprovechado de sus relaciones para sacar decenas de millones de dólares a las grandes corporaciones surcoreanas.

Este megaescándalo de corrupción, que sacudió incluso a Samsung, catalizó muchas frustraciones de la población con respecto a las desigualdades, la economía y el empleo.

La crisis obligó a todos los candidatos a prometer reformas para una mayor integridad.