Los productos lácteos son de los más populares entre los consumidores, debido a su gran variedad; quesos, yogurts, cremas, gelatinas, leche, helados, entre otros. Aunque cada vez incrementa el número de personas intolerantes a la lactosa a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan sólo en México entre el 10 y 15 por ciento de la población no soporta los lácteos.
Pero, ¿Qué es ser intolerante a la lactosa?
Básicamente ocurre cuando una persona luego de consumir leche, sobre todo, tiene problemas digestivos. El malestar se produce debido a un déficit en la producción de una enzima denominada lactasa (que se crea en el intestino), esta tiene la capacidad de descomponer la lactosa.
Muchos de los afectados la padecen en cierta etapa de la vida y luego “se curan”, y otros, desde un momento determinado y para toda la vida. Está situación no es muy usual en los bebés, salvo en los casos de prematuros, que la experimentan durante algunas semanas nada más.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la intolerancia a la lactosa son:
- Náuseas.
- Cólico o dolor abdominal (entre las caderas y el pecho).
- Sensación de pesadez e hinchazón estomacal.
Este malestar puede ser detectado cuando la persona padece uno o varios de estos signos luego de consumir lácteos.
De no ser detectada esta enfermedad a tiempo puede causar severos daños al intestino, como infecciones o lesiones severas e irreparables. Acudir con un médico es de vital importancia, así recibir un tratamiento oportuno y combatir las dolencias.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
