5 increíbles tiendas de música que debes visitar.

  1. Amoeba Music en Los Angeles, California.

La mundialmente conocida Amoeba Records está a la altura de su reputación. Con un stock cambiante de productos nuevos y usados, prácticamente puedes conseguir allí lo que sea que quieras. Oh, ¿Y ya dije que es gigantesca? La tienda entera tiene 2230 metros cuadrados y posee más de 100 000 CDs, vinilos, cassettes, DVDs, láser disc’s, y más.

  1. Tower Records en Tokio, Japón.

Para muchos, Tower Records era el lugar para descubrir nueva música. Tower cerró sus puertas en el 2006, 46 años después de su apertura — al menos, ¡No en todos lados excepto en Tokio! Japón es conocido por su increíble stock de música, así que debe ser correcto asumir que su Tower Records es una de las mejores tiendas que haya existido.

  1. The Thing en Brooklyn, Nueva York.

El sueño de un DJ: The Thing en Brooklyn parece una tienda de segunda mano normal… hasta que entras a la parte trasera y descubres pilas sobre pilas sobre pilas de discos. Mucho de su stock no está en las mejores condiciones, pero eso no importa. Si pasas algunas horas ahí dentro seguro que encontrarás algún tesoro. Y a diferencia de otras instituciones de Nueva York como Other Music, Academy Records y Kim’s, no es probable que encuentres otra tienda como ésta en el mundo entero.

  1. Jerry’s Records.

La especialidad de Jerry’s Records es el vinilo. Con más de un millón de discos para explorar, un servicio de reparación de discos y plataformas giratorias disponibles para la venta, en Pittsburgh, Pennsylvania, la tienda tiene la más rara de las selecciones. También lleva a una amplia variedad de CDs, videos y pistas 8 bajo su techo masivo.

  1. Grimey’s New and Pre-Loved Music.

Grimey es una de las pocas tiendas de música en los Estados Unidos que tiene un lugar de música en vivo en el sótano para complementar los 300.000 títulos en la tienda por encima de él. Se encuentra en Nashville, Tennessee, y la “Rolling Stone” lo llama “un verdadero paraíso para audiófilos.”

Fuente: vogue.es