Grupo de jóvenes encarcelados debido a su fe

Un grupo de cuatro jóvenes tuvo que aprender que un documento oficial no necesariamente protege siempre a quienes tienen deseos de promulgar la palabra de Dios.

Redacción, Veracidad News

Pese a que en Etiopía está “garantizada” la libertad religiosa y no es ilegal compartir la fe con otros, un grupo de cuatro jóvenes tuvo que aprender que un documento oficial no necesariamente protege siempre a quienes tienen deseos de promulgar la palabra de Dios.

Cuando tenía 18 años, Deborah, impartió un curso de un mes sobre evangelización a jóvenes de su iglesia, al este de Etiopía; entre los cuales se encontraban Eden, Mihret y Gifti.

Las chicas habían entregado su vida a Jesús siendo muy jóvenes y motivadas, diseñaron un plan para compartir la esperanza que tenían en Cristo todos los días durante sus vacaciones escolares.

Sin embargo, el manual que usaban para evangelizar cayó en manos del jeque local y éste se quejó a las autoridades. Edén fue la primera en ser citada, donde se vio forzada a responder a un bombardeo de preguntas.

“¿De dónde has sacado este libro?”, se enfurecieron los agentes. Edén recuerda: “Tenía tanto miedo de que Deborah pudiera tener problemas por esto que al principio les oculté la verdad”. El interrogatorio se volvió cada vez más hostil. “La policía me amenazó con matarme si no les contestaba. El abuso verbal, los pellizcos y las bofetadas eran tan brutales que al final no pude soportarlo y les conté que era Deborah quien me había dado el libro”.

Inmediatamente, la policía detuvo a Deborah, Mihret y Gifti, acusándolas de “falta de respeto a la religión de otras personas” y “denigración personal”. A pesar de que eran menores, las encarcelaron.

Aunque las autoridades les decían que podrían estar en prisión los próximos quince años, las jóvenes no perdieron la fe y oraron por su pronta liberación; después de tres meses, fueron puestas en libertad, situación que por supuesto atribuyeron al Señor; “Dios no nos dejó pasar solas por dificultades, sino que hizo un camino donde pensábamos que no había. Necesitamos permanecer firmes en medio de los problemas, sin rendirnos nunca. Dios tiene el control”.