A punto de morir entrega su homosexualidad a Dios y es salvo

Luis Javier Ruiz, es un joven norteamericano que fue criado en una familia evangélica; en su adolescencia, “descubrió” que era homosexual.

Redacción, Veracidad News

En la primera epístola a los Corintios, el Señor es muy claro al mencionar algunas de las cosas que no están bien vistas ante sus ojos; “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os desviéis; ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adultero, ni los afeminados, ni los homosexuales”.

Luis Javier Ruiz, es un joven norteamericano que fue criado en una familia evangélica; en su adolescencia, “descubrió” que era homosexual. Envuelto en conflictos familiares, decidió unirse a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, donde permaneció por 15 años. Sin embargo, después de decidir abandonar la vida militar, se mudó a Orlando, Florida, donde se convirtió en parte de la comunidad LGBT.

“Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. Lucas 18:27.

En el 2016, en medio de un festejo por su cumpleaños en una discoteca un hombre llamado Omar Mateen, realizó una matanza en el lugar, actuando en nombre del Estado Islámico, la cual dejó 49 víctimas; una de ellas fue Luis, quien recibió una bala de fusil en la pierna.

“Mientras todo está sucediendo a mi alrededor, pensé: estoy a punto de morir, estoy a punto de ir al infierno”, aseguró. Por si esto fuera poco, al día siguiente, mientras estaba en el hospital para tratar la lesión, recibió la noticia que era VIH positivo.

Fue en ese momento cuando Dios habló con él y decidió regresar a su camino. “Yo dije: ‘soy gay, Dios. Eso es lo que me estás viendo. He intentado cambiar muchas veces”, indicó.

Aunado a esto, tomó la decisión de entregarle al Señor su homosexualidad, el vicio por la pornografía y todo lo que le hacía mal. Entonces sintió el Espíritu Santo hablando a su corazón. A partir de allí, su vida cambió.

“Dios tenía otra cosa para mí. Y estoy agradecido porque ahora puedo compartir mi historia para el mundo, para que todos sepan que existe un Dios que cambia a las personas y las transforma”. “Dios nos llama a la pureza porque la homosexualidad es un pecado, la clave para la transformación real es conocer a Cristo íntimamente y seguirlo”. Mencionó.

“Todo tiene su tiempo, y todo propósito bajo el cielo tiene su hora”. Eclesiastés 3:1.