El terrorismo islamista vuelve a golpear Bélgica. En la mañana del martes, poco después de las 10:30, durante un control rutinario en el centro de Lieja, al este del país, un hombre robó el arma a un policía y disparó. Dos policías y un civil que viajaba en un auto resultaron muertos.
En su huida, el atacante, que había gritado “Allah es grande”, se atrincheró en la sexta planta del edificio de un colegio y tomó a una mujer como rehén. Poco después fue abatido por agentes de policía. El tirador fue identificado como Benjamín Herman, y había salido el lunes de la cárcel. Según las autoridades, tenía vínculos con islamistas y estaba fichado por ese motivo.
El ataque dejó demás dos heridos, uno de ellos también policía. La Fiscalía federal belga anunció que investigaba el ataque como un atentado terrorista.
El tiroteo se produjo en el bulevar de Avroy, una gran arteria del centro de esta ciudad de 200.000 habitantes.
El centro de Lieja se encontraba este marte totalmente cerrado y bloqueado al tránsito. La Policía dispuso un amplio perímetro de seguridad y un helicóptero sobrevolaba la zona.
Los medios belgas explicaban al mediodía que los chicos del colegio en el que se atrincheró el atacante, el Waha, están bajo custodia policial y a cargo de psicólogos. Ninguno resultó herido.