La capa de ozono cubre a la tierra protegiéndonos del sol, al igual que de los efectos ultra violetas; esta capa tiene aproximadamente entre 15 y 30 kilómetros de espesor.
Científicos alrededor del hemisferio explican que el deterioro de la capa de ozono se atribuye a la presencia de cloro y bromo en el aire; esto ha provocado un daño importante dando como resultado el adelgazamiento de la capa que ha llegado a perforarse: Lo cual tiene efectos nocivos para la vida en el globo terráqueo, perjudicando la salud humana, ecosistemas terrestres y acuáticos.
También el uso excesivo de fertilizantes degrada el suelo y genera óxido nitroso debido a la actividad bacteriana, lo que contribuye a la reducción de la capa de ozono.
Cada década se pierde poco más del tres por ciento de la capa de ozono, esto provoca el aumento de enfermedades visuales causadas por el sol.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las radiaciones ultravioletas ocasionan efectos agudos en la vista.
Se estima que los índices de cáncer de piel aumentaron debido a la disminución del ozono estratosférico. La exposición a la luz ultravioleta disminuye la efectividad del sistema inmunológico, no sólo relacionándose con las infecciones de la piel sino también en otras partes del organismo.
Gerardo Ruiz Suarez, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, aseguró que si se formara una supernova a una distancia de cien años luz de la tierra, podría consumir el ozono entre 30 y 80%. Por fortuna, este tipo de eventos ocurre cada cien millones de años aproximadamente.
Asimismo, destacó que el cuidado de la capa de ozono depende mucho de causas humanas, por ello es de suma importancia llevar a cabo acciones que eviten su degradación. Ya que cuidar el planeta es sinónimo de cuidarnos a nosotros mismos.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
