Nuevo periodo electoral, nuevas propuestas, o la misma triste historia de siempre, solo lo sabremos el 1ro de julio de este año, cuando con su voto escoja usted a quien desee que tome las decisiones.
Redacción, Veracidad News
Curiosamente esta será la primera elección presidencial que coincide con las elecciones de presidentes municipales, de acuerdo con la reforma electoral promulgada por el aún presidente de la república, Enrique Peña Nieto.
Este primero de julio, en el estado de Quintana Roo, se elegirán 11 ayuntamientos, compuestos por un presidente municipal, un sindico y sus regidores. Ellos en conjunto con el gobernador del Estado y su gabinete de trabajo, serán quienes durante los siguientes dos años velen por los intereses de la entidad y se encarguen de impartir justicia.
Durante este tiempo los diferentes candidatos tanto respaldados por partidos políticos como independientes, estarán haciendo uso de diversos espacios para darle a conocer a usted sus propuestas de trabajo para que al momento de llegar a las urnas de votación escoja de forma consciente quienes serán aquellos que cuiden de su patrimonio, impartan justicia conforme a la Ley en igual de condiciones a todo el pueblo, e invierta sus impuestos en las necesidades de su municipio.
Hay aspectos que usted debe buscar en un candidato antes de ejercer su voto: El primero es que sea de conducta intachable, que durante el ejercicio de su trabajo público se haya destacado por ser una persona justa en la impartición de la Ley, que no haya sido partícipe de escándalos de corrupción y que se reconozca un interés por el pueblo.
Debe ser un pleno conocedor de las necesidades del municipio que vaya a encabezar, tener una relación cercana con su gente, para que pueda generar un compromiso real con quienes residen allí. Además, debe ofrecer un plan de trabajo real, cuya ejecución y avance sea visible, en lo estructural y reditúe en mejores condiciones de vida para los residentes.
En la Escritura el Señor deja un buen ejemplo del perfil que deben tener los hombres y mujeres que aspiran a ser escogidos para cargos de servicio público, a estas personas se les llamaban diáconos: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.
Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús” (1Timoteo 3:8-13).
Los principios de honestidad y honorabilidad han estado siempre con el hombre porque fueron impartidos por Dios.
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