Hacer ejercicio retrasa el envejecimiento

Pese a las múltiples investigaciones, ningún especialista ha sido capaz (hasta ahora) de contener el proceso de envejecimiento en los seres humanos. No obstante, una nueva exploración desplegada por acreditados de la Universidad Brigham Young de Utah  de Estados Unidos, reveló que sí resulta posible retrasar un tipo de envejecimiento, justo el que acontece dentro de las células humanas. Siempre y cuando estemos en disposición de sudar mucho.

Según reseñó el portal MedLinePlus, una investigación reveló que los individuos que poseen regularmente estándares altos de actividad física conservan telómeros elocuentemente más largos que aquellos que asumen estilos de vida sedentarios, o inclusive los que son comedidamente activos. Recordemos que los telómeros son los extremos de proteínas de los cromosomas y que corresponden a nuestro reloj biológico.

Sin discrepancia entre sedentarios y moderadamente activos

Las derivaciones dieron a conocer que los adultos con altos estándares de de actividad física poseían telómeros con una delantera biológica de degeneración de nueve años sobre los estacionarios y una ventaja de siete años en cotejo con las personas reservadamente activas. El ejercicio muy dinámico fue delimitado en 30 minutos de running para las féminas y 40 minutos para los varones, cinco días a la semana.

Aunque el componente puntual de cómo el ejercicio resguarda los telómeros es desconocido, Tucker considera que puede encontrarse emparentado a la hinchazón y al estrés oxidativo: “Sabemos que la actividad física habitual ayuda a comprimir la mortalidad y alargar la vida, y ahora estamos  al tanto de qué parte de esa ventaja puede corresponder a la conservación de los telómeros”.

Ejercicio y el cáncer de próstata

Por otro lado, desempeñar  un régimen de ejercicio templado o intenso conseguiría mejorar las posibilidades de un hombre de perdurar y vencer al cáncer de próstata, sugirió un nuevo estudio.

La investigación de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) circunscribió a más de diez mil hombres de 50 a 93 años de edad, que fueron precisados con un cáncer de próstata limitado (que no se irradió más allá del órgano) entre los años 1992 y 2011. Los hombres suministraron a los estudiosos información sobre sus movimientos y asiduidad de actividad física antes y después de su diagnóstico. De este modo, los hombres con los niveles más agudos de ejercicio antes del diagnóstico eran un 30 por ciento menos proclives a sucumbir del cáncer de próstata que los que menos entrenamiento hacían.