Las Doce Puertas del Templo

Jerusalén hace referencia a nuestra alma, la cual, antes de conocer a Dios está destruida y vacía a causa del pecado.

Redacción, Veracidad News

En el libro de Nehemías se relata la restauración de las 12 puertas del Templo. Jerusalén hace referencia a nuestra alma, la cual, antes de conocer a Dios está destruida y vacía a causa del pecado. Al conocer al Señor, lo hacemos con el objetivo de que seamos restaurados, sanados y edificados.

  1. Puerta de las ovejas. Fue la primera que se restauró; ésta se refiere a nuestra relación con Dios, ya que al ser la puerta, tenemos que restaurar nuestra relación con Él. “Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y ellos edificaron la puerta de las ovejas. La consagraron y levantaron sus puertas; la consagraron hasta la torre de los Cien y hasta la torre de Hananeel”. Nehemías 3:1.
  2. Del pescado. El Señor nos llama a ser pescadores de hombres. Aquél o aquella que ha recibido el llamado y no promulga su palabra, no ha restaurado esta puerta. “Los hijos de Hasenna construyeron la puerta de los peces: colocaron sus vigas y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus barras”. Nehemías 3:3.
  3. Muchos creyentes vuelven a su vida antigua, porque no cerraron bien la puerta, misma que nos exhorta a renunciar a quienes éramos y caminar en pos de nuestro llamado. “Y la puerta vieja la repararon Joiada, hijo de Paseah, y Mesulam hijo de Besodías: colocaron sus vigas y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus barras”. Nehemías 3:6.
  4. Del valle. Debemos recordar que Yeshúa es la puerta; al entrar a través de Él, comenzaremos a vivir en santidad y amor. “La puerta del valle la reparó Hanún con los habitantes de Zanoa: ellos la construyeron y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus barras, y mil codos del muro, hasta la puerta del Muladar”. Nehemías 3:13.
  5. Era la puerta donde toda la basura y el estiércol de los animales eran tirados. Para construir o reconstruir algo hay que sacar todo escombro y basura del pasado. “Y reparó la puerta del muladar Malquías, hijo de Recab oficial del distrito de Bet-haquerem: él la edificó y levantó sus puertas, con sus cerraduras y sus barras”. Nehemías 3:14.
  6. Solo restaurando la puerta de la basura, podremos restaurar la de la fuente, para que así corra agua limpia en nuestro ser. “Salum, hijo de Colhoze, oficial del distrito de Mizpa, reparó la puerta de la fuente”. Nehemías 3:15.
  7. El líquido representa la palabra de Dios, misma que debe salpicar en nuestra vida con su revelación. “(Los sirvientes del templo moraban en el Ofel, hasta frente a la puerta de las aguas al oriente y la torre que sobresale)”. Nehemías 3:26.
  8. Esta puerta nos habla de la renovación que nos llama a una vida de integridad, santidad y consagración. “Más arriba de la puerta de los caballos hicieron reparaciones los sacerdotes, cada uno frente a su propia casa”. Nehemías 3:28.
  9. Es la guía que el Espíritu Santo nos da a través de la oración, el ayuno, las vigilias y todos aquellos ejercicios que nos acercan a Dios. “Después de ellos hizo reparaciones SAdoc, hijo de Imer, frente a su propia casa; y después de él hizo reparaciones Semaías, hijo de Secanías, guarda de la puerta oriental”. Nehemías 3:29.
  10. La palabra es muy clara, primero debemos juzgarnos a nosotros mismos, debemos ver nuestras fallas antes de ver las de los demás. “Después de él Malaquías, uno de los orfebres, hizo reparaciones hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, frente a la puerta del alistamiento y hasta la subida de la esquina”. Nehemías 3:31.
  11. De la cárcel. Al restaurar esta puerta, estaremos restaurando el gobierno de Dios en nuestra vida. Poco a poco ha quitado aquello que no le agrada y ha puesto lo que nos faltaba. “Y por encima de la puerta de Efraín, junto a la puerta vieja, junto a la puerta de los peces y la torre de Hananel, y la torre de los cien, hasta la puerta de las ovejas; y se detuvieron en la puerta de la guardia”. Nehemías 12:39.
  12. Efraín. En medio de la prueba viene la debilidad pero la intercesión del Espíritu nos da la victoria en toda circunstancia. Por eso es necesario mantener una vida de comunión con él.