Los Medias Rojas de Boston vienen por el último partido para ganar.

Cuando Mookie Betts hizo su debut en postemporada el mes pasado, hizo algo en su primer turno al bat que no había hecho en sus últimas 78 apariciones de temporada regular en el plato. Se ponchó.

La versión de un eclipse solar en el beisbol ocurrió el 6 de octubre, en el primer inning del Juego 1 de los Medias Rojas de Boston contra los Indios de Cleveland. Betts le hizo swing a las rectas del abridor de Indios, Trevor Bauer, la ocasión número 15 en 731 apariciones al bat que falló en tres pitcheos de manera consecutiva.

Con razón, el manager de los Red Sox, John Farrell, fue presa del nerviosismo. Y Betts no fue el único jugador de Medias Rojas que vino hacia abajo. Su compañero de debut en playoffs, Jackie Bradley Jr., un jardinero central conocido por su poderoso brazo y su agudeza visual puso dos tiros de un bote al plato por encima de la raya de primera.

“En el primer juego de postemporada hay un poco de ansiedad”, dijo Farrell. “Y eso se combina con un inicio de juego a las ocho de la noche, aunque tuvimos un juego en domingo a esa hora durante la temporada regular, hay una sensación diferente también. El hecho de que tuvimos tres días libres (después de la campaña regular), cinco de nuestros jugadores en su primera postemporada; sí, hubo varias cosas en las que fuimos primerizos”, agregó.

No se apreció que el equipo mejorara después de los dos juegos siguientes. Antes de que Bradley diera un sencillo en el noveno inning del Juego 3, iba de 9-0 con siete ponches. Betts terminó de 10-2, con un extrabase. El shortstop Xander Bogaerts, lejos del nivel que mostró cuando Boston ganó la Serie Mundial en 2013 pero aún en un impresionante momento en su carrera, tenía foja de 8-1 y cuatro chocolates, antes de irse de 4-2 en el Juego 3.

Fuente: Espn.com