Los niños con autismo, menos protegidos frente a las infecciones

La desconfianza hacia las vacunas ha crecido en los últimos años, a pesar de ser una de las estrategias más importantes para proteger la salud pública. Este recelo podría explicar la disminución del porcentaje de personas inmunizadas frente a enfermedades infecciosas, una tasa conocida como cobertura vacunal. Un estudio, publicado en la revista JAMA Pediatrics, asegura que los niños diagnosticados con autismo y sus hermanos pequeños están menos vacunados que los pequeños de su misma edad que no padecen este trastorno.

El trabajo ha realizado un análisis retrospectivo para comparar la cobertura vacunal de casi 4.000 niños autistas, nacidos entre 1995 y 2010 en Estados Unidos, y de más de 592.000 pequeños de la misma edad que no tenían el trastorno del espectro autista (TEA).

Para las vacunas recomendadas en el país norteamericano entre los cuatro y los seis años, los jóvenes con autismo “estaban significativamente menos inmunizados” que los niños sin autismo. Por otro lado, los científicos también estudiaron la tasa de vacunación de los hermanos pequeños, que era menor en el caso de los familiares de pequeños con el trastorno del espectro autista.

Según la investigación, en la que han participado científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos, de la empresa Kaiser Permanente y del Centro de Epidemiología Clínica y Salud Pública de Marshfield, “los padres que han tenido un niño con trastorno del espectro autista tendían a rechazar al menos una vacuna recomendada para el hermano más pequeño y limitar el número de vacunas administradas durante el primer año de vida del pariente del pequeño con autismo”. Esta menor inmunización, sin embargo, no se observó en las vacunas recomendadas para la franja de edad comprendida entre los once y los doce años.

“Hemos visto que después de que los niños recibieran el diagnóstico de autismo, las tasas de vacunación eran significativamente más bajas en comparación con personas de la misma edad que no presentaban el trastorno del espectro autista”, explica Ousseny Zerbo, del Departamento de investigación de la empresa Kaiser Permanente.

“Hubo grandes disparidades en las tasas de vacunación entre los niños con y sin trastornos del espectro autista, así como entre sus hermanos, en todos los grupos de edad y después de ajustar factores de confusión importantes”, añade Nicola Klein, directora del Centro de Estudios sobre Vacunas de Kaiser Permanente.

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