El momento más feliz en la carrera de Cristiano Ronaldo

Detrás de cada estrella, hay una historia. Ningún deportista de elite llega a la cima sin antes pasar un vía crucis, sin hacer un sacrificio supremo. Varios de ellos, en el último tiempo, comenzaron a compartir algunos detalles de sus vidas en The Players Tribune, un medio norteamericano en el cual las columnas las escriben los propios atletas. Este martes lo hizo nada más y nada menos que Cristiano Ronaldo.

El portugués contó que se fue de su casa a los once años para sumarse a las inferiores del Sporting de Lisboa. Y que en ese entonces, a su madre no le interesaba el fútbol: “Hasta que un día -jamás olvidaré esta imagen- mientras calentaba, volví a mirar como siempre y ahí estaban mi madre y mis hermanas, sentadas en la grada. Parecía… ¿Cómo decirlo? Parecía que estaban cómodas. Estaban abrazadas, y no aplaudían ni gritaban, solamente me saludaban, como si aquello fuera un desfile o algo así. Se notaba que no habían estado nunca en un partido de fútbol. Pero estaban ahí. Y eso era lo único que me importaba”, escribió.

Con el tiempo, su madre se hizo fanática del fútbol y empezó a tomar calmantes para vivir con tranquilidad los partidos de su hijo. Se convirtió en la seguidora número uno de Cristiano quien, a los 17, ya lo sabía: “Yo iba a ser el mejor del mundo. Y sabía que debía entrenar duro para conseguir mi sueño porque era muy flaco. Debía crecer. Así que lo hice”, apuntó.

Pero después de conseguir todos los éxitos que logró en el Real Madrid, tras ganar varios Balones de Oro, Cristiano Ronaldo contó cuál fue el momento más feliz de su carrera: “Es el momento justo después de ganar la última final de la Champions en Cardiff. Acabábamos de hacer historia. Tras el pitido final, sentí que había mandado un mensaje al mundo. Pero entonces mi hijo entró al campo a celebrar conmigo… y la emoción cambió al instante. Él estaba corriendo de un lado para otro con el hijo de Marcelo. Agarramos el trofeo juntos. Y después paseamos por el campo de la mano. Es una alegría que jamás había sentido hasta ser padre. Son tantas las emociones pasando al mismo tiempo que es imposible describir con palabras lo que sentí. Solo puedo compararlo con aquel momento en Madeira, cuando estaba calentando en el campo y vi a mi madre y mis hermanas juntas en la grada”.