Algunas personas consideran que Dios no existe, las razones son comunes y repetitivas, luego de ello se encuentran absurdos reproches con respecto a la sociedad en la que vivimos.
Actualmente, un gran número de personas no creen en el Señor. Cuando les hablamos de Dios, dicen: “No es posible. Si Dios existiera, no habría todo este mal, ni tantas injusticias, ni tanto odio. Si Dios existiera, no aceptaría la muerte de niños inocentes”.
Y luego hay quienes no han oído nunca hablar de Dios. La chispa en su corazón se ha quedado tan diminuta que son escépticos ante la grandeza de Jesús. Debido a que no tienen una cercanía con las Escrituras, desconocen la maravillas con la que nuestro Señor nos bendice día a día, al no escudriñar los textos bíblicos desprecian los pequeños grandes milagros que nos rodean, debilitando su frágil fe, reduciendo a nada su esperanza.
Para creer en Dios no es necesario ver como cielo se tiñe de rojo, abrir el mar o quizá respirar bajo el agua. Primero debemos fortalecer nuestra fe, sólo así podremos ver, escuchar y sentir la presencia del Altísimo, Él todo el tiempo esta con nosotros; hablándonos a través de personas o mostrándonos nuestras equivocaciones por medio de distintas situaciones.
En la Biblia dice que bienaventurados sean los que creyeron si ver (Juan 20:29), siendo la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreros 11:1).
En ocasiones se alejan de la Palabra de Dios o simplemente no quieren escucharla porque piensan que es innecesaria , pero si se acerca a Cristo, dejando atrás los reproches, enfados y prejuicios, usted vera que la misericordia, amor y sabiduría de nuestro Creador no tiene límites.
Leer la Biblia diariamente es un hábito excelente, a través de ella tenemos la oportunidad de saber y hacer lo que nuestro Señor quiere para nosotros, pero para ello primero debe darse la oportunidad de hacerlo.
La Palabra de Dios mantiene la promesa de brindar ricos beneficios a aquellos que invierten tiempo leyéndola. Cuando nos expresamos de Las Escrituras somos alimentados por la Sabiduría de Dios.
Mateo 4:4: “Más Él respondió y dijo: Escrito está: no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.