Unión de Rusia, Turquía e Irán

Con el objetivo de debatir sobre la guerra civil Siria y sus posibles soluciones, los presidentes de Rusia, Turquía e Irán se reunieron en Sochi.

Para el mandatario ruso, Vladimir Putin, los yihadistas en Siria han recibido un golpe decisivo y ahora se abre una oportunidad real de poner fin a la guerra en ese país.

El principal avance de la reunión es el respaldo de ambos socios de Moscú a una conferencia de paz en Rusia que junte al gobierno sirio y a los rebeldes. Cabe destacar que Rusia apoya al ejército sirio desde 2015. La campaña de ataques aéreos de Moscú ha permitido al ejército recuperar la ciudad de Palmira y expulsar a los rebeldes de Alepo.

Irán (aliado igual que Rusia del régimen sirio), Turquía (que apoya a los rebeldes) son los promotores del llamado proceso de Astaná, que se ha ido celebrando en la capital de Kazajistán: así se han logrado crear cuatro “zonas de distensión” en el territorio sirio. Rusia quiere que sus dos aliados sigan ayudando a la recuperación de Siria con un programa amplio y a largo plazo.

En los últimos días Putin ha multiplicado los contactos diplomáticos. Se reunió en Sochi con el presidente sirio, Bashar Asad. Ambos hablaron durante unas cuatro horas y al terminar Putin insistió en que ahora es momento de conversaciones políticas y así se lo reiteró después a Donald Trump en una conversación telefónica.

El siguiente paso que quiere dar Rusia es organizar un congreso de los pueblos de Siria para definir cómo debe organizarse el país tras la guerra. La idea, lanzada en octubre, no ha sido rechazada de nuevo por la oposición siria, que tenía una reunión en Arabia Saudita.

De acuerdo con el presidente de Irán, Hasan Rohani, todos deben aceptar que la solución definitiva tiene que ser aprobada por el pueblo de Siria. Señala que el resultado de Astaná es importante pero no es suficiente.

Por su parte Recep Tayyip Erdogan, mandatario turco, añadió que tienen que contribuir a una resolución política del conflicto.