Victoria, no disuasión, será el objetivo de Israel ante Gaza

La disuasión fue el objetivo de Israel en los tres últimos conflictos que luchó contra Hamas, pero ese objetivo ha sido descartado. Cualquier futuro enfrentamiento armado con los gobernantes islámicos de Gaza se guiará por un nuevo objetivo israelí: lograr una clara victoria sobre el enemigo.

YAAKOV LAPPIN

En anteriores modelos de conflicto, Israel respondió a la agresión de Hamas usando la fuerza de una manera destinada a castigar a Hamas y convencerlo de que regrese a un estado de calma. La destrucción sistemática de las capacidades militares de Hamas no era un objetivo israelí.

Hoy, mientras Israel espera evitar la guerra, se está preparando para la posibilidad de un nuevo conflicto. La guerra podría estallar de nuevo en Gaza por una amplia gama de razones.

Si las hostilidades se reanudan, la Fuerza de Defensa de Israel (FDI) planea asegurarse de que la etapa final de ese choque será una victoria inequívoca de Israel, y nadie podrá confundirla con un empate o estancamiento.

Este cambio de enfoque se está produciendo en los últimos tres años, desde el final de la Operación Margen Protector en 2014. Esa operación fue lanzada por Israel para defenderse contra ataques de proyectiles a gran escala y amenazas de túneles transfronterizos desde Gaza. A los dos meses de duración, era uno de los conflictos más prolongados de Israel.

También fue el tercer enfrentamiento a gran escala con Hamas desde 2009. Al final de cada ronda de combates, el ala militar de Hamas permaneció intacta, y pudo comenzar rápidamente a rearmarse y preparar nuevas capacidades para el próximo estallido de hostilidades.

Si Hamas inicia otro conflicto con Israel, no se debe esperar que Jerusalem vuelva al modelo de disuasión. No se conformará con el objetivo de devolver la calma a la zona, como lo hizo en 2014, 2012 y 2009.

En cambio, Israel probablemente buscaría destruir el ala militar de Hamas, incluyendo su laberinto subterráneo de túneles bajo la Ciudad de Gaza, construido para permitir operaciones fuera de la vista de Israel.

La decisión de Hamas de integrar muchas de sus capacidades ofensivas en las áreas civiles de Gaza no lo inmunizará contra los ataques israelíes. Sin embargo, la FDI hará todo lo posible por minimizar el daño a los no combatientes.

Después de 2014, el Comando Sur de las FDI comenzó a alejarse del modelo de “rondas frecuentes”, concluyendo que Israel no debería ser arrastrado a los principales conflictos armados con Hamas cada dos o tres años.

El Comando Sur identificó tres alternativas para Israel y Gaza. Bajo la primera, Israel seguiría experimentando treguas cortas y temporales, una opción considerada inaceptable.

En el segundo escenario, Israel conquistaría Gaza y derrocaría completamente al régimen de Hamas. En tal escenario, Israel gobernaría la Franja y sus dos millones de habitantes palestinos o encontraría a alguien que lo hiciera.

No es probable que la Autoridad Palestina (AP) tome el control de Gaza tras una “entrega” israelí. La AP perdería su legitimidad interna, pero su capacidad de retener Gaza sin la ayuda de las FDI estaría en serias dudas.

Como resultado de estos cálculos, el establecimiento de defensa identificó como mejor opción una tregua a largo plazo, impulsada por la disuasión israelí. Esa es la situación actual entre los combatientes: una tregua a largo plazo.