A pesar del derrumbe de su iglesia, siguen alabando a Dios

nos puede parar. Vamos a seguir reuniéndonos y orando debajo de un árbol”. A pesar de esto, la comunidad no alberga deseo de venganza. “[Nosotros] no vamos a atacarlos en represalia. El juicio le pertenece a Dios”, agregó.

Wasantha es un simple granjero. Él conduce oraciones en el Kithu Sevana (Casa de Cristo). La estructura era un modesto edificio donde los cristianos locales, alrededor de 15 familias y otros 20 fieles, se reunían para orar. Sin embargo, el 5 de enero un grupo de personas, presuntamente dirigida por un monje budista, atacó a la iglesia dejándola completamente destruida.

Una fuente local informó que se trataba de un máximo de 200 personas. “En primer lugar nos amenazaron verbalmente”, dijo Wasantha. “Luego vinieron con palos de madera, barras de hierro y cuchillos y destruyeron todo.” Algunas personas “rogaron a los atacantes no dañar el lugar de culto, pero hicieron caso omiso a sus peticiones”, dijo. Ellos presentaron una denuncia ante la policía y advirtieron a otros en la comunidad cristiana.

La iglesia estaba creciendo rápidamente y, con todos sus miembros de otras religiones, esta atrajo la atención de los atacantes. Wasantha, él mismo un ex budista, dijo que no puede abandonar su misión sólo a causa de los ataques y aunque ponga en riesgo su vida, los fieles se sientan a la sombra de un árbol para adorar a su Señor. Fuente Gaceta Cristiana)