Casi imposible buscar a Cristo en Palestina

Abandonar el Islam significa una vergüenza para la familia y toda la comunidad.

Redacción, Veracidad News

El Islam, es una de las religiones más castigadas en caso de dejarla; abandonarla significa una vergüenza para la familia y toda la comunidad.

Esto, fue exactamente lo que le pasó a Ismail. Seguir a Cristo provocó perder a su familia y su vida cómoda. Nacer de nuevo significó quedarse solo y rodeado de problemas. De repente, pasó a ser la oveja negra y su familia, al enterarse, lo echó de casa para siempre, prohibiéndole volver.

Con casi 40 años de edad, recuerda cuando llegó a su casa un paquete para su primo con material de evangelización, proveniente de una organización cristiana. Hasta esa época, Ismail y sus amigos, se habían dedicado a aprender el Corán de memoria.

De acuerdo a estos escritos, el crucificado no es Yeshúa, sino Judas. Ismail preguntó a su abuelo, sobre cómo los cristianos podían seguir creyendo que era Hijo de Dios si en realidad no había sido crucificado. Su abuelo contestó que no había respuesta, que esa solo era la versión que los cristianos se habían inventado.

Insatisfecho con esa explicación, inició su búsqueda de la verdad estudiando la Biblia con su primo. Por las mañanas la leía, tomando nota de todas las dudas para resolverlas con los pastores. Su nueva familia pasó a ser el grupo de estudiantes cristianos y su nueva vida consistía en compartir el Evangelio con otros musulmanes.

Sin embargo, estaba rodeado de presión, no solo por parte de su entorno musulmán, sino también por parte de su red de contactos cristianos, porque al proceder del islam, muchas veces desconfiaban de él.

Aun con esto, el sentía que Dios le llamaba a desempeñar un papel de liderazgo y le pareció que no le daban la oprtunidad de formarse como tal. Por tanto, creó su propia iglesia, compuesta mayormente por creyentes procedentes del islam. No tienen muchos recursos económicos debido a que fueron expulsados de sus comunidades, pero espiritualmente son verdaderamente ricos.

Por ley, un musulmán lo es para siempre, no puede convertirse a otra religión, lo cual hace difícil encontrar esposa y obliga a la mayoría de los conversos a abandonar el país y casarse con una extranjera. Pero Dios guió a Ismail a encontrar una mujer palestina conversa como él.