Aplicar la Biblia en nuestro día a día es el deber de todos los seguidores del único Dios Yahweh. Si no la aplicamos, ésta se convierte para nosotros en nada más que un libro cualquiera o en una colección nada práctica de manuscritos antiguos. Por eso Pablo dice, en Filipenses 4:9: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis, y visteis en mí, esto poned en práctica, y el Dios de paz estará con vosotros”.
La lectura es el primer paso para aplicar la Palabra de Dios en nuestras vidas. Nuestro objetivo en la lectura es llegar a conocer al Todo Poderoso, aprender Sus caminos y entender Su propósito para este mundo y para cada uno de nosotros.
Al leer la Escritura, aprendemos acerca de la interacción de Él Señor con la humanidad a lo largo de la historia, Su plan de redención, Sus promesas y Su carácter. Vemos cómo es la vida de un siervo. El conocimiento que obtenemos de las Escrituras es el del mismísimo Yahweh, nos sirve como un valioso fundamento para aplicar sus principios en nuestro diario vivir.
El objetivo principal es guardad la Palabra del Creador de los cielos y la tierra en nuestros corazones, tal como está plasmado en Salmo 119:11- 13: “En mi corazón he atesorado Tu palabra para no pecar contra Ti. Bendito Tú, oh Yahwh; enséñame Tus estatutos. Con mis manos he contado todas las ordenanzas de Tu Boca”.
La manera cómo “guardamos” la Palabra de Dios en nuestros corazones es a través del estudio, la memorización y meditación sobre lo que ya hemos leído. Estos cuatro pasos; el leer, estudiar, memorizar y meditar, hacen posible que se aplique con éxito las Escrituras a nuestras vidas.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
