Anorexia y bulimia, un riesgo para quienes huyen de la obesidad

El 50 por ciento de los niños que padecen obesidad tienen serias posibilidades de caer en otros trastornos alimenticios graves como anorexia y bulimia, advirtió Nancy Verónica Ruiz, especialista del el Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME), quien resaltó la necesidad de lograr una intervención médica a tiempo a fin de evitar que el daño a su salud sea más grave y se pueda lograr un control efectivo de la enfermedad.

Además, la especialista dijo que a nivel estatal, el problema es cada vez más grave debido a que se está reduciendo la edad de los pequeños que sufren la presión social respecto a la figura y peso que lucen.

JALISCO ENCABEZA LISTA NEGRA

El problema que continúa siendo alarmante es el de la obesidad, en el cual de acuerdo con Ruiz, Jalisco ocupa el primer lugar convirtiendo el hecho en un tema de salud pública.

La especialista insta a poner mayor atención a los más pequeños debido a que “son quienes padecen este tipo de trastornos, que cada vez es menor, pues anteriormente este tipo de conductas aparecían en la adolescencia, cuando el pequeño experimenta ciertos cambios sociales y comienza a preocuparse un poco más en su aspecto, pero ante el crecimiento de la comunicación, específicamente con las redes sociales, les permite estar más en contacto con otro tipo de conductas y aspectos como videos de cantantes o contenidos que tienen mucho que ver con el aspecto de las personas, y es entonces que comienzan a interesarse en la imagen personal”.

El problema es que, si tienen sobrepeso y adquieren la idea que la belleza es la delgadez, o que la aceptación social tiene que ver con la belleza y lo delgado, el menor que aún no tiene la madurez necesaria para advertir lo importante, corre el riesgo de caer en este tipo de trastornos que les da la falsa idea de poder perder peso, aunque se hagan daño en su salud.

LAS ALERTAS

Identificar los síntomas no es fácil, sobre todo en el caso de los padres que trabajan y no comen con sus hijos, e incluso, tienen menos posibilidades de vigilar lo que estos  ingieren y no se identifican en primera instancia, y el hecho de que coman de más o que empiecen a bajar de peso no lo toman como una señal y el riesgo es que pueda evolucionar hasta llegar a una situación crítica.

Para ello, la especialista del SALME dijo que en primera instancia se puede detectar en un niño o joven que padezca un trastorno de esta naturaleza es el miedo de comer delante de otras personas, hay cambios en su conducta y se vuelven irritables, les resulta difícil comunicarse con los adultos, de expresar cómo se sienten, y quizá se vuelven un poco agresivos.

“En el caso de la anorexia es un poco más difícil de identificar, pues no es tan aparatosa como la bulimia, pues los padres se pueden dar cuenta que sus hijos están vomitando, sea por que los sorprendan en este hábito, o incluso en la consulta del dentista por el desgaste del esmalte de la dentadura, pues el caso de la anorexia es más sutil y silenciosa, simplemente el paciente se niega a comer”.

PRESIÓN SOCIAL

Si bien, la aparición de estos trastornos es multifactorial debido a que tiene que ver con una carga genética y rasgos de personalidad, también afecta su entorno académico debido a que en sus compañeros existe un estándar de belleza para ser aceptado además de que hay  familias que le dan mucha importancia al tema del peso y la figura, y desde ahí se toma la valía de la persona.

“Irónicamente hay una tendencia a presumir lo que se come, es hasta bien visto resaltar que se ha comido mucho de tal o cual alimento, pero irónicamente se le exige socialmente permanecer delgado”.

LA INTERVENCIÓN

Por otra parte, la especialista dijo que el problema también se ve reflejado cuando es  detectado por terceros, en este caso por los padres, que son generalmente quienes llevan a los menores a consulta, pues de forma voluntaria ninguno acepta someterse a una intervención médica, pues defienden su conducta, incluso se sienten orgullosos de haber bajado tanto de peso y de haber eliminado el bullying del que eran objeto por el sobrepeso.

Nancy Verónica Ruiz, resaltó la necesidad de una intervención multidisciplinaria e interdisciplinaria para que cada uno de los profesionistas dé un enlace estrecho en conjunto con la familia, y remarcó la importancia de que se involucren, porque la familia es el despunte o es el ancla ayuda o detiene en el proceso.

Aunque dijo que hay ocasiones en los que no necesariamente son los padres los que forman la red de apoyo, puede ser un maestro, un pariente o un amigo, todo aquel que esté dispuesto apoyar para que el paciente salga adelante.

“Es urgente poner mayor atención a las costumbres alimenticias de los hijos, pues un diagnóstico a tiempo puede ser de gran ayuda para controlar una enfermedad que afecta cada vez más a niños y adolescentes”, finalizó.

FRASE

“Irónicamente hay una tendencia a presumir lo que se come, es hasta bien visto resaltar que se ha comido mucho de tal o cual alimento, pero irónicamente se le exige socialmente permanecer delgado”

Nancy Verónica Ruiz

Especialista del el Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME)