La Biblia es la Palabra de Dios, su contenido nos permite saber que es lo que nuestro Señor quiere para nosotros, entre sus páginas se encuentran plasmadas grandes enseñanzas y sabios consejos, sin importar que tan grande o pequeño sea el pasaje bíblico.
La inmensa riqueza de sus enseñanzas puede estar plasmada en unos cuantos párrafos, un ejemplo muy claro es el Salmo 117, cabe destacar que este capítulo es el más corto de la Biblia, compuesto por dos versículos.
Salmo 117: “Alabad a Jehová, naciones todas; loadle, pueblos todos. Porque grande es Su benevolencia amorosa para con nosotros, y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya”, (versión Recobro).
Son 26 palabras dispersas en dos párrafos que nos invistan a alabar a Dios por su misericordia y fidelidad. Podrá parecer una sencilla exhortación a la adoración, pero si miramos más de cerca nos daremos cuenta de que es mucho más que eso.
Este Salmo, aunque a simple vista parece muy corto, su significado es más grande de lo que se puede imaginar. Si alabamos a Dios es porque hay admiración, honor y devoción en nuestros corazones.
Nuestro Padre es bueno porque manifiesta bondad a través de sus obras, es justo, misericordioso porque hace llover sobre buenos y malos, es poderoso porque mantiene y conserva al Universo completo, es fiel porque hasta hoy el sol y la luna tienen su lugar en el día, es piadoso porque a pesar de nuestras equivocaciones nos procura y cuida; por todos estos motivos y muchos más debemos alabarlo, llevar a cabo sus mandamientos, compartir y estudiar Su Palabra.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
