Leer la Biblia diariamente es un hábito excelente, a través de ella tenemos la oportunidad de saber y hacer lo que nuestro Señor quiere para nosotros.
La Palabra de Dios mantiene la promesa de brindar ricos beneficios a aquellos que invierten tiempo leyéndola. Cuando nos expresamos de Las Escrituras somos alimentados por el TodoPoderoso (Mateo 4:4).
Para mantener a nuestra familia unida en una vida saludable y llena de gozo es muy importante que recibamos el suministro que proviene de leer y comer la Palabra de Dios.
Efesios 5:26: “Para santificarla, purificándola por el lavamiento del agua de la Palabra”.
Al leer la Biblia en familia, no sólo somos educados espiritualmente, sino que también somos lavados y nutridos en nuestro interior. Los padres deben llenar sus corazones y mentes con la Palabra de Dios para luego enseñarles a sus hijos a seguir el camino de Jesús.
Deuteronomio 22:6: “ Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él).
Con la guía del Altísimo, gracias a su gran amor y sabiduría, además de ser un buen ejemplo al comportarnos impulsaremos el desarrollo positivo en los más pequeños, quienes también deben aprender a respetar y obedecer a sus progenitores (Proverbios 6:20).
El modelo amoroso y constante de los padres viviendo de acuerdo con los mandatos de Dios bendecirá su casa para convertirla en un hogar, siendo el poder del Mesías que los fortalecerá ante cualquier adversidad (Salmo 18).
Una familia unida por la enseñanza del Creador aprecia a todos los miembros sean hijos, nietos, abuelos, primos o tíos. Celebran juntos sus éxitos, se cuidan, se animan y se ayudan en los momentos de enfermedad o necesidad.
Trabajar día a día por la unidad de la familia no es cosa sencilla, pero con la guía de la Palabra todo es posible, es importante destacar que una familia que esta dividida no puede mantenerse de pie (Marcos 3:25).
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.