Hacen referencia a cualquier problema relacionado con dormir o con el ciclo del mismo.
Redacción, Veracidad News
Los trastornos o desórdenes del sueño hacen referencia a cualquier problema relacionado con dormir o con el ciclo del mismo.
Este padecimiento suele agruparse en 4 grupos:
- Problemas para conciliar el sueño y/o permanecer dormido.
- Complicaciones para estar despierto.
- Para mantener un horario regular de sueño.
- Alteraciones o movimientos durante el sueño que lo interrumpen.
A pesar de que no es una patología grave, tiene serias implicaciones en la vida diaria, tales como el agotamiento físico, bajo rendimiento, sueño diurno, dificultad para cumplir con las obligaciones profesionales, familiares o sociales.
De acuerdo con el director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ulises Jiménez, el insomnio ya era uno de los problemas principales en la población mexicana, y en conjunto con los trastornos respiratorios del sueño o ronquidos, ocupan un 80 por ciento de los motivos de consulta.
Las principales causas suelen ser el estilo de vida, enfermedades, ingesta de medicamentos, problemas mentales, adiciones, mal uso de medicamentos para dormir, estrés, depresión, entre otros.
Advirtió que otra causa y una de las casi 100 enfermedades que se registran en las personas es el uso de tecnología previo a dormir, debido a que la exposición a la luz azul que viene de los dispositivos electrónicos afecta el descanso.
Para tratar la falta de sueño hay procedimientos farmacológicos, se utilizan diferentes medicamentos de acuerdo al tipo de insomnio, o incluso se usa terapia psicológica. Sin embargo, en las Escrituras se detalla, que al igual que cualquier otro padecimiento el acercarnos a Dios puede ser la solución.
Esto lo encontramos en el capítulo 3 del libro de proverbios, versículo 24, “Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será dulce”.
“En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, oh Yahweh, me haces morar seguro”. Salmos 4:8.
