Redacción, Veracidad News
Después de participar en los ejercicios militares Etapa de Mar III, el pasado 15 de noviembre, el submarino ARA San Juan, partió rumbo a su base en el puerto de Mar de Plata.
Dos días después, el 17 de noviembre, la armada Argentina confirmó que no tenía información ni comunicación con el submarino y lanzó el aviso de la activación del protocolo de búsqueda y rescate de submarino.
El ARA San Juan desapareció en el Atlántico Sur con 44 tripulantes a bordo.
Su última ubicación reportada fue a 240 millas náuticas (432 kilómetros) de la costa, en el Golfo San Jorge, al sudeste de la Península Valdés, unos mil 300 kilómetros al sur de Buenos Aires.
El día de su partida, el capitán había reportado “un cortocircuito en las baterías”, pero según la armada, notificó que “había sido subsanada y se le había ordenado regresar por la ruta más directa a Mar de Plata.
Hace unos días, el 22 de noviembre, la marina de Estados Unidos informó a la armada que el mismo 15 de noviembre se detectó una “anomalía acústica”. A través de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, lo catalogaron como un “evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”.
El navío fue construido en Alemania en 1985 y llegó al país un año más tarde, en 1986. Sus dimensiones son 66 metros de eslora, siete metros y medio de manga (ancho) y es diésel-eléctrico. Entre 2008 y 2015 fue sometido a una “reparación de media vida”, la cual le apuntaba a extenderle la vida por 30 años.
