José, un excelente ejemplo que abordaremos hoy, el cual nos hará reflexionar sobre el carácter que debemos trabajar para caminar bajo la dirección de Dios.
Es considerado por Dios como una vid fructífera, una vid cerca de un manantial, cuyas ramas escalan una pared. (Génesis 49:22). Pese a todas las adversidades que tuvo que enfrentar en su vida, el Señor estaba con José, le bendecía y esa bendición alcanzaba a todo su entorno, todo cuanto hacía era prosperado por Dios. (Génesis 39).
Adversidad, pruebas y tentación es lo que hace que una vid sea fructífera, los amargos momentos y personas que rodearon a José para atacarle, influyeron para que en él se manifestara el favor de Dios, por su marcado temor y obediencia a la instrucción del Altísimo.
Pero hay que estar firmes como José y del mismo modo que Yahweh cuidó de él, lo hará de ti, ser firmes en la Torah/verdad y el arco no se doblará, pues su Fe/fidelidad estaba en Dios, Él era su morada, su refugio, su consuelo, su única esperanza en medio de todo el caos que le rodeaba. (Juan 15:5).
