¿Es correcto juzgar a las personas?

“Juzgar”, en la Biblia, no solo significa sentarse como juez y emitir sentencias, sino que también se refiere a discernir, hacer diferencia entre lo bueno y lo malo: ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Lucas 12:57.

El mandato de Jesús de no juzgar a los demás podría ser el más ampliamente citado de sus dichos, aunque casi invariablemente se cita descuidando totalmente su contexto. Aquí está la declaración de Jesús: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7: 1). Muchas personas usan este versículo en un intento por silenciar a sus críticos, interpretando que Jesús quería decir “Usted no tiene el derecho de decirme que estoy equivocado”. Tomado en forma aislada, el mandato de Jesús, “No juzguéis” parece en efecto excluir toda evaluación negativa. Sin embargo, hay mucho más respecto a este pasaje que esas dos palabras.

El mandamiento bíblico de que no juzguemos a los demás no significa que no podamos mostrar discernimiento. No mucho después de que Jesús dijo: “No juzguéis” afirmó: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos” (Mateo 7: 6). Poco después en el mismo sermón, dice: “Guardaos de los falsos profetas… Por sus frutos los conoceréis”(versículos 15 y 16). ¿Cómo vamos a discernir quiénes son los “perros”, los “cerdos” y los “falsos profetas” a menos que tengamos la capacidad de hacer un juicio sobre las doctrinas y los hechos? Jesús nos está dando permiso para distinguir el bien del mal.

Las opiniones que la ciudadanía tiene sobre el tema de juzgar son las siguientes: