Considerados aún como más peligrosos para la salud mental que acudir a un casino de manera física, los sitios de apuestas y juegos on-line operan sin control de edades de jugadores, horarios de uso y sin normatividad específica.
El problema más grave, consideró “Alberto”, integrante del Grupo Esfuerzo y Esperanza de Jugadores Anónimos, es que estos sitios resultan atractivos para adolescentes y jóvenes, quienes pueden apostar desde su teléfono celular.
Basta una computadora conectada a Internet, una tarjeta de débito o crédito y crearse un perfil en algún sitio de casino virtual, para, en menos de 10 minutos, acceder a miles de juegos que van desde las máquinas tragamonedas, hasta cartas y el bingo.
De acuerdo con un estudio realizado por expertos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en México el Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos permite el juego en línea, pero carece de una normatividad pormenorizada.
“Normalmente los que juegan en línea son jóvenes de 35 años para abajo, hay muchos que juegan mucho en apuestas deportivas, lo hacen desde el teléfono o por la computadora”, mencionó “Alberto”, del Grupo de Jugadores Anónimos.
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