Redacción, Veracidad News
“Abraham respondió: Dios mismo proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. Y siguieron caminando los dos juntos”. Génesis 22:8.
El cordero es el ejemplar animal, de menos de un año; en tanto que la carne del mismo, destinada a la alimentación humana, suele provenir de animales con un peso de entre 5.5 y los 30 kilos (dependiendo de la edad), pasado este tiempo se denomina carnero.
En tiempos bíblicos, el cordero era presentado ante Yahweh como sacrificio con el objetivo de eximir los pecados.
“Le quitará toda la grosura, de la manera que se quita la grosura del cordero del sacrificio de las ofrendas de paz, y el sacerdote la quemará encima del altar sobre las ofrendas de Yahweh presentadas por fuego. Así hará el sacerdote expiación por él, por el pecado que cometió y será perdonado”. Levítico 4:35.
Y es precisamente en el libro de Levítico, donde está descrita la forma en la que serían presentadas: “Si tu ofrenda para el holocausto es del rebaño, de las ovejas o de las cabras, presentará un macho sin defecto. Y lo degollará al lado norte del altar delante de Yahweh; y los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán su sangre sobre el altar y alrededor del mismo.
Lo cortará en trozos, con su cabeza y su grosura; y el sacerdote los pondrá en orden sobre la leña que está en el fuego, el cual está sobre el altar; pero lavará las partes internas y las piernas con agua. Entonces el sacerdote lo presentará todo y lo quemará sobre el altar; holocausto es, ofrenda por fuego, aroma que satisface a Yahweh”. Levítico 1:10-13.
Por lo tanto era necesario que Dios diera provisión de un Cordero Santo sin mancha capaz de hacer expiación por los pecados de los seres humanos y capaz de librarlos del castigo eterno.
“Pero a Yahweh le complació aplastarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando Él se entregue como ofrenda por el pecado, verá descendencia, prolongará sus días, y el deleite de Yahweh será en su mano prosperado”. Isaías 53:10.
Fue así como Yeshúa se entregó para redimir el pecado de los seres humanos “Más Él herido fue por causa de nuestras transgresiones, molido por causa de nuestras iniquidades; el castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus llagas fuimos nosotros sanados”. Isaías 53:5.
“El siguiente día vio Juan a Yeshúa que venía a él, y. dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! Juan 1:29.
