¿A qué se refiere Yahweh con vanidad?

El término “vanidad” aparece 75 veces en la Biblia (Reina-Valera 1960). Su uso es mayoritario en el libro de Eclesiastés (28 veces), siguiéndole Salmos (10 veces). Otros libros como Isaías y Jeremías empatan con 8 registros de esta palabra.

En los Salmos, “vanidad” se usa como un adjetivo de la naturaleza humana; pasajera, mortal, perecedera y débil. Figura, también, asociada a la necedad o mentira.

Mientras en Eclesiastés, se usa para reflejar lo tedioso y pasajero de la vida; la rutina que nos absorbe y que poco aporta para lo que realmente hace trascendente nuestra vida: el respeto y asombro ante Yahweh.

Alude también al esfuerzo humano por buscar y construir la felicidad por sus propios medios; proyecta la fugacidad del gozo para quien lo busca sin Dios.

Todo lo que no dura, lo que es perecedero, no es importante ante la fugacidad de la vida. Eclesiastés presenta que aquello no brinda felicidad ni paz ante la inminente muerte de todo ser humano.

Isaías 41:29: “Ciertamente todos son vanidad; sus obras no valen nada; viento y vacuidad son sus imágenes fundidas”.

En Isaías se refleja la idolatría y la necedad de no buscar a Dios con esta palabra. Los planes y proyectos personales que interfieren con la voluntad perfecta de Dios, también son retratados con este término.

El ser humano tiene algo que lo hace más bello y hermoso que lo que la estética y vanidad puede aportar; un corazón limpio y regenerado por la gracia de Yahweh, alguien que no tiene nada que temer del futuro y cuyo pasado está escondido en el perdón de Dios. Eso finalmente se refleja en el rostro y en nuestra disposición ante la vida. Esa es la verdadera belleza, la que no se acaba, pues Dios la ha puesto en nuestra vida.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.