¿Las cirugías plásticas son mal vistas ante los ojos de Dios?

El tema de las cirugías plásticas se ha convertido en un debate, hay quienes están a favor y otros en contra, pero ciertamente, no hay nada en la Biblia que indique que una cirugía plástica sea mala, sobre todo cuándo es necesaria debido a cuestiones de deformidad genética o a causa de una malformación como consecuencia de un accidente. 

Sin embargo, nadie debería permitirse ponerse “bajo el bisturí” sin antes haber investigado todas las alternativas, riesgos y efectos secundarios involucrados. Así mismo, es necesario que una persona comprenda a fondo su motivación para desear la cirugía.

De acuerdo con la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, los procedimientos quirúrgicos más comunes, son con fines cosméticos: aumento del busto, liposucción,  extracción de grasa del cuerpo, restiramiento facial, levantamiento de los párpados, glúteos y otras partes del cuerpo, tratamiento de várices en las piernas, inyecciones de botox o grasa, y remodelación de nariz y rostro.

La Escritura nos dice que no seamos vanos o engreídos, Filipenses 2:3-4:“Nada hagáis por ambición egoísta o por vanagloria; antes bien con una mentalidad humilde, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismos; no considerando cada uno sus propias virtudes, sino cada cual también las virtudes de los otros”.

Otro punto en contra de las cirugías estéticas son los costos tan elevados, Dios nos aconseja por medio de la Biblia que usemos el dinero que nos ha confiado con sabiduría.

Lo más importante que debe hacerse antes de tomar la decisión de someterse a una cirugía plástica o no, es consultar a Dios acerca de este asunto.

A través de la sabiduría y guía del Espíritu Santo y la Palabra de Dios, tendremos la habilidad para tomar decisiones que le agradan y lo honrarán.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.