Los exilios de Israel

Al profeta Daniel, se le atribuye la premonición de lo sucedido, debido a una de sus visiones.

Redacción, Veracidad News

Un exilio consiste en el alejamiento de un individuo del lugar en el que reside o de su tierra natal. Proveniente del hebreo “galut”, los cuatro periodos primarios son conocidos como “Arba galuyot” (los cuatro exilios).

Al profeta Daniel, se le atribuye la premonición de lo sucedido, debido a una de sus visiones, “Daniel respondió y dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí, los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar. Y cuatro bestias grandes subían del mar, cada una diferente de la otra”. Daniel 7:2-3.

El inicio se dio cuando Jacob y su familia dejaron Canaán, debido a las condiciones de vida que tenían, “Y tomaron sus ganados y las posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán, y llegaron a Egipto Jacob y toda su descendencia con él”. Génesis 46:6.

Allí se asentaron, pero Faraón esclavizó a los hijos de Israel, por lo que 200 años después, Dios envío la salvación por medio de su siervo Moisés, hiriendo a los egipcios con las diez plagas. El pueblo judío fue redimido y comenzó su viaje de 40 años en el desierto de vuelta a la tierra de Israel.

Babilonia. Fue Nabucodonosor el que ordenó destruir el templo sagrado, teniendo como resultado el exilió de 10,000 de los judíos más importantes de la nación, dejando atrás a los obreros para trabajar en los campos. El resto, fueron aplastados y enviados al exilio; “Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos; si, llorábamos al acordarnos de Sion”. Salmo 137:1.

Sin embargo, el pueblo comenzó a adaptarse a su nuevo entorno. Establecieron en Babilonia comunidades y salas de estudio.

Persia/Media. Para el año 372 a.C. el rey Darío I de Persia conquistó Babilonia. Él, se inclinó favorablemente hacia los judíos y designó a Daniel como ministro principal del reino. Tras un año de gobernar murió y la corona fue entregada a Ciro el grande, el cual concedió el permiso para regresar a Israel y reconstruir el templo.

“En el año primero del rey Ciro, el rey Ciro proclamó un decreto en cuanto a la casa de Dios, la cual está en Jerusalén: Sea edificada la casa, el lugar donde se ofrecen sacrificios; y sean echados sus cimientos; su altura será de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura”. Esdras 6:3.

Fueron un total de 42,360 judíos los que se dirigieron a Jerusalén para realizar la obra. Después del reinado de Ciro, tomó su lugar Asuero, fue entonces cuando la construcción del templo fue detenida; al morir, fue sustituido por Darío II, el cual, dos años más tarde concedió el permiso de reanudar los trabajos.

Grecia. Israel pasó a ser dominio griego, luego de que Alejandro Magno tomara el mando. Pese a que no desplazaron al pueblo judío ni destruyeron el templo, la manera de dominarlos fue influenciándolos a su estilo de vida; complacerse en deleites físicos y glorificar el cuerpo.

Después de la muerte de Alejandro su imperio se dividió entre sus cuatro generales que gobernaron sobre diferentes áreas del reino, una de las cuales era Egipto. Fue entonces cuando Ptolomeo reunió a 72 ancianos judíos y los obligó a traducir la Torá al griego; una tragedia para el pueblo, debido a que solo estaba redactada en el lenguaje sagrado del hebreo y hacer cualquier ligero cambio o mala traducción dejaría graves errores.

Antíoco IV, siguiente en tomar el mando, a diferencia de sus predecesores mató a miles de judíos e impuso severos decretos, suprimiendo muchas leyes como la circuncisión y el Shabbat.

Para el 140 a.C un pequeño grupo, conocido como los Macabeos, se levantó contra él expulsándolo de Israel, para así, quedar libres de la soberanía extranjera. La victoria la celebraron con la fiesta de Jánuca.

Roma. El imperio romano trajo el golpe final para la soberanía judía en Israel y el último exilio, uno que ha durado casi 2,000 años.

Durante ese tiempo se dividió en cuatro facciones: fariseos, saduceos, sicarios y zelotes. Algunos de estos pueblos comenzaron a revelarse, situación que el emperador Nerón vio como traición y envío al general, Vespasiano, junto con su hijo Tito y 60,000 soldados romanos para sofocar la revuelta.

El resultado fue un pueblo asesinado y sacrificado, sus casas saqueadas y el santo templo quemado. Desde entonces, han sido perseguidos y exiliados.

En 1096 la primera cruzada destruyó las comunidades judías en Europa e Israel. En 1190, fueron masacrados en Inglaterra durante la tercera cruzada y para 1290 a todos los expulsaron. En 1918 más de 60,000 fueron asesinados durante la revolución rusa y durante el holocausto fallecieron seis millones de judíos.

Con la esperanza de aniquilar el nuevo Estado judío, los ejércitos de Egipto, Líbano, Siria, Jordania e Irak invadieron el territorio dividido para el Estado árabe, dando comienzo a la guerra árabe-israelí en 1948. La mayoría de los israelíes y Judíos se refieren a esta lucha como la Guerra de la Independencia.

El 14 de mayo de ese mismo año, los líderes de la comunidad judía en Palestina dirigida por el primer ministro David Ben-Gurion, realizaron la declaración de independencia, y el Estado de Israel, el cual se estableció sobre la partición correspondiente dada por parte del Comité Especial de Naciones Unidas de Palestina.