LOS NIÑOS NACIDOS DE PADRES CASADOS TIENEN MÁS PROBABILIDAD DE FORMAR UNA FAMILIA ESTABLE

Los investigadores W. Bradford Wilcox y Laurie DeRose señalan en un ensayo publicado el lunes por la institución de izquierda llamada “Brookings”, que los datos muestran que en los Estados Unidos “los niños nacidos de padres que cohabitan tienen el doble de probabilidades de ver la relación de sus padres terminar en comparación a los niños nacidos de padres casados”.

Wilcox y DeRose señalaron que la concepción común de que las parejas que cohabitan en Europa ofrecen hogares estables para los niños es falsa.

“Analizando la información de 16 países a través de Europa, encontramos que los niños nacidos de parejas que cohabitan tienen aproximadamente 90% más probabilidades de ver a sus padres terminar la relación cuando cumplen 12 años, en comparación con los hijos de padres casados”, escribieron los investigadores.

“En Francia, por ejemplo, los niños tienen un 66% más probabilidades de ver a sus padres romper si nacen de una pareja que cohabita”. La brecha es de nuevo visible incluso para las parejas con un alto nivel educativo.

Los investigadores también encontraron que en Noruega, “los niños nacidos de padres que cohabitan tienen aproximadamente un 88% más probabilidades de ver la unió de sus padres disolverse”.

“… lo llamativo de este país escandinavo es que las familias que cohabitan con hijos son mucho menos estables incluso cuando la madre tiene estudios universitarios”, continuaron Wilcox y DeRose.

“El 17% de los niños nacidos de parejas que cohabitan vieron a sus padres separarse en el momento en que cumplieron 12 años, en comparación con sólo el 8% de los niños nacidos de una pareja casada”.

Wicox y DeRose también citaron información de un importante estudio que del cual fueron co-autores con otros estudiosos que fue lanzado en febrero.

Titulado “The Cohabitation Go-Round: Co-habitation And Family Instability Across the Globe”, y publicado por el Instituto de Estudios de la Familia, el documento de febrero encontró un efecto negativo en los niños criados por parejas cohabitantes.

“La cohabitación continúa otorgando una desventaja de estabilidad a los niños individuales, aún cuando la cohabitación se ha vuelto más normativa”, señaló el estudio.

“No encontramos evidencia que apoye la idea de que en las sociedades donde los nacimientos de cohabitación son más comunes, el matrimonio y la cohabitación vienen a parecerse en términos de estabilidad para los niños”.

En su ensayo de marzo, Wilcox y DeRose concluyeron que hay algo específico sobre el matrimonio que lo hace más beneficioso para los niños que la cohabitación.

“Podría ser el ritual elaborado que marca la entrada en el matrimonio, las normas de compromiso, fidelidad y permanencia asociadas con la institución, el trato distintivo de la familia y los amigos extendido a las parejas casadas; o más probable, una combinación de todas estas cosas y más — que promueve un mayor compromiso y estabilidad”, concluyeron los investigadores.

“… incluso en sociedades seculares altamente desarrolladas que se encuentran en Europa, la institución del matrimonio está impregnada de una ventaja de estabilidad que beneficia a los niños”.