Vivir y trabajar en Israel junto a mi esposa los últimos seis meses, ha sido uno de los privilegios más grandes de nuestras vidas -¡y todavía nos quedan tres meses más para disfrutar!
Vivimos en el corazón de Jerusalén, en la calle Jaffa, la cual está siempre atestada de gente de compras o que disfruta un café en algunos de los muchos restaurantes y tiendas. Está en los límites con las áreas judías Ortodoxas y queda a sólo 15 minutos de a pie de la Vieja Ciudad. Uno de mis tiempos favoritos de la semana son las tardes de los viernes, cuando el Shabbat empieza. Las luces de los micros y trenes se detienen. Todas las tiendas cierran y una pacífica calma desciende en el vecindario, marcando un cambio significativo en la rutina diaria.
El Reino Unido es una sociedad bastante secular ahora, pero aquí hay muestras de fe donde quiera que uno vaya, aún más allá de los lugares expresamente religiosos. Los Judíos Ortodoxos leen la Torah y libros de oración mientras caminan por las calles o sentados en los transportes. Recientemente, los israelitas celebraron Purim. Esto conmemora la liberación que recibió el pueblo Judío del genocidio que está registrado en el Libro de Esther.
Leer los Evangelios mientras se vive aquí otorga un realismo adicional, sabiendo que Jesús ministró a sólo una corta distancia de uno. Hemos tenido la oportunidad de visitar Capernaúm, Corazín, el Monte de las Bienaventuranzas y el Mar de Galilea. Y el Viejo Testamento, también toma un significado extra, aunque los lugares ya no tengan los mismos nombres que recibieron en las Escrituras, aún así son el escenario de los Héroes de la fe.
Es grandioso ser parte de una Congregación local e internacional compuesta por Judíos mesiánicos y cristianos de diferentes Naciones. Shirley y yo estamos en el Equipo de Bienvenida, así que tenemos el enorme privilegio de recibir a las personas, tanto a los residentes como a los grupos de turistas cristianos de todo el mundo.
Jesús se refiere a Jerusalén como “la Ciudad del Gran Rey” (Mateo 5:35). Ciertamente, es una ciudad única. El salmista nos alienta a orar por la paz -el Shalom- de Jerusalén (Salmo 122). La palabra hebrea Shalom conlleva un significado mucho más profundo que la que tiene la palabra española ‘paz’. Incluye plenitud, armonía, suficiencia, prosperidad, bienestar y tranquilidad. La reseña de Wikipedia para Shalom es muy interesante: “se refiere, ya sea, tanto a la paz entre dos entes (especialmente entre el hombre o Dios, o dos países), así como también al bienestar, y seguridad de un individuo o grupo de individuos.”
Qué gran necesidad hay entre las demás personas que viven en Jerusalén, en el resto de Israel, Gaza y la Ribera Occidental, además de nuestras propias comunidades -primero que nada, de estar en paz, y en una relación correcta con Dios y con el prójimo.
Cada una de las tres Sociedades Bíblicas trabajando aquí se enfocan en conectar a las comunidades con el mensaje de la Biblia. Esta es una parte del mundo pequeña, en conflicto y muy compleja, pero también existe una maravillosa mezcla de personas, historias, religiones y culturas. Este será un tiempo de nuestras vidas que siempre atesoraremos en el corazón.
Solo dejenme concluir con este maravilloso y profundo verso en Job. Hay tanto aun por descubrir acerca de Dios y de la fe…
¡Y esto es solo una muestra de sus obras,
un murmullo que logramos escuchar!
¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?
Job 26:14 NIV
